El rey pone las pilas a PP y PSOE

El calendario está tasado de forma milimétrica; no hay margen para el error. El rey Felipe VI ha trabajado con discreción y prudencia extraordinaria para ayudar a tejer los mimbres de una nueva investidura, para que en esta ocasión no sea fallida. Hay un consenso básico entre PP, PSOE y Ciudadanos para que no se produzcan nuevas elecciones. La Corona habría intervenido en el uso de sus funciones constitucionales para facilitar el entendimiento entre los partidos.

No ha sido posible confirmar la intervención del Rey en el cambio de posición del PP, desde la postura arrogante y exigente de Rafael Hernando, exigiendo al PSOE acuerdos de gobernabilidad para «aceptar» la abstención, a la desautorización que Mariano Rajoy hizo de su portavoz, indicando que no había condiciones ni exigencias para la abstención socialista. Pero hay datos que indican como muy posible un contacto directo o a través de terceras personas de la Corona con el presidente de gobierno en funciones.

La convocatoria al palacio de la Zarzuela de la presidenta del Congreso y la posterior convocatoria de Felipe VI a los líderes políticos los días 24 y 25 de este mes, es un síntoma inequívoco de que todo esta contemplado al milímetro para que pueda existir el milagro del entendimiento que desbloquee la situación institucional de España, que permanece desde el 20 de diciembre del año pasado.

El día 23 está prevista la celebración del Comité Federal del PSOE en donde se debatirá la posición del partido socialista en la próxima investidura. Si el resultado es favorable a la abstención de todos o el número suficiente de diputados socialistas, las consultas de los dos días siguientes del rey con los líderes políticos, dará paso al encargo de su Majestad al presidente del Partido Popular para formar gobierno mediante la celebración de la investidura. Y, finalmente, si Mariano Rajoy acepta el encargo, como se espera, la sesión de  investidura se celebraría los días 28 y 29 con el filo de la navaja del día 31 como último para formar gobierno. Muchos condicionantes todavía para asegurar que finalmente Mariano Rajoy sea investido presidente. Pero por primera vez desde hace casi un año hay luz al final de este túnel de provisionalidad institucional en España.

No está elegida al azar la fecha del 23 de octubre para el Comité Ejecutivo del PSOE, justo después de  las primarias del PSC, donde los dos líderes en disputa se han posicionado clara y rotundamente en contra de la abstención a Rajoy. La celebración del Comité Federal antes del compromiso catalán hubiera generado tensiones, que sin duda la comisión gestora ha preferido evitar.

El debate en el PSOE, a todos los niveles del partido, está siendo intenso. Pero por primera vez en mucho tiempo el debate existe. Ya no se trata de pronunciase sobre el eslogan del «no es no» sino del análisis de las consecuencias de todos los escenarios.

Mientras tanto, la comisión gestora que preside Javier Fernández está dando pasos importantes en las distintas instituciones del PSOE.

Antonio Hernando ha sido confirmado como portavoz del grupo socialista que además presidirá en el Congreso. Javier Fernández ha recuperado a Ramón Jáuregui, histórico del PSOE, auténtico superviviente del grupo vasco que formó el pacto del Betis -donde estaban Nicolás Redondo (padre), Enrique Múgica y Txiki Benegas- y el grupo sevillano de Felipe González y Alfonso Guerra.

Ramón Jáuregui asume la presidencia del grupo socialista en el Parlamento Europeo y un síntoma del deseo de la actual dirección provisional de recuperar a pesos pesados del partido que fueron arrinconados en la época de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez. Otro veterano, Vicente «Tini» Álvarez Areces sustituirá a Oscar López como portavoz en el Senado. Fuentes cercanas a la comisión gestora manifiestan su satisfacción por el trabajo que están realizando, por el debate abierto en todos los niveles del partido y esperanzados que en el Comité Federal, a donde no acudirán con ninguna propuesta cerrada sobre la posición del PSOE, el debate concluya con el acuerdo de una abstención sin otros compromisos.

Algunas fuentes cercanas a la presidencia de Gobierno aseguran que Mariano Rajoy está estudiando la posibilidad de prorrogar los presupuestos. Existen varios antecedentes, el primero de ellos en 1982, cuando accedió al gobierno por primera vez Felipe González. Si esta fuera la opción, el gobierno de Rajoy no tendría que contar con el apoyo socialista para tener presupuestos. Sería el primer acto de una legislatura en que sobre la base del programa pactado por PP y Ciudadanos, Rajoy tendría que ir tejiendo acuerdos cada día en una forma de gobernar sin precedentes en España.