El puzzle español de Pedro Sánchez
Si miramos el panorama político español, tras la cumbre de la OTAN, podemos comprobar que España ha fijado mejor las piezas del puzzle que se movían con el peligro de que este se desmontara
Aquellos que son unos apasionados de los puzzles suelen construirlos pacientemente y con una técnica depurada para evitar el desaliento ante tantas piezas por encajar. Es muy importante mirar las piezas, observarlas atentamente, no solo verlas, y es mucho más determinante utilizar la lógica que el ingenio para la realización del puzzle. Hay quien, agotado de tanto mirar y no encontrar la pieza exacta, decide probar piezas que no encajan; también los hay que abandonan el puzzle culpando a alguien de haber cogido una pieza.
Si miramos el panorama político español, tras la cumbre de la OTAN, podemos comprobar que España ha fijado mejor las piezas del puzzle que se movían con el peligro de que este se desmontara. La pieza atlántica, que José María Aznar había colocado con determinación con la entrada de España en la Guerra de Iraq y que Rodríguez Zapatero se dedicó a mover alejándose de EEUU, ha vuelto a ser fijada por Pedro Sánchez. España ha vuelto a entrar en la OTAN por segunda vez y con más fuerza gracias a la guerra en Ucrania y los acuerdos con Marruecos.
Ahora el Gobierno ha decidido recuperar la pieza territorial que estaba extraviada por culpa de las escuchas Pegaso al independentismo, volviendo a convocar la mesa de diálogo. La pieza económica, que un día tiene la forma de una ayuda económica y otro día toma la forma de un gran proyecto económico que puede impulsarse con los fondos Next Generation, ya tiene su forma definitiva y nadie duda de que la pieza buena es la pieza europea y no los flotadores sociales. La pieza Unidas Podemos, que no acababa de encajar, ahora se adapta gracias a Yolanda Díaz con su capacidad para “sumar”.
El puzzle español se encuentra en la fase de consolidar las piezas que más se han movido en los últimos años y que ponían en peligro poder seguir avanzando para completarlo. Pedro Sánchez está intentando que el puzzle no se desmonte aplicando, cuando puede, un poco de cola y barniz en las piezas. La idea es llegar a las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales con una imagen del puzzle en la que se reconozcan los ciudadanos.
La lucha contra las desigualdades, el control de la inmigración, mejorar la financiación territorial, ahuyentar el fantasma de Vox y fortalecer la posición de España en Europa y en el mundo son algunos de los objetivos que pretende, no solo conseguir, sino mostrar a los ciudadanos su empeño en hacerlo.
La constatación de que el ciclo conservador está en marcha y que una parte de los ciudadanos desea un cambio está siendo abordado con inteligencia por el PSOE, centrándose en no oponerse al cambio sino en encarnarlo. Para conseguirlo, la mejor forma es demostrar, gracias a la acción política, que la España post coalición de gobierno con Unidas Podemos se ha puesto en marcha.
La cumbre de la OTAN, el acuerdo con Marruecos y retomar el diálogo con el independentismo desde la óptica de la financiación más que de la autodeterminación son propuestas que van en esta dirección. La única ficha del puzzle que no se acaba de encontrar es la económica; y es, en definitiva, la única pieza que realmente puede hacer ganar o perder unas elecciones.