El PSC declara la guerra al PSOE por la autodeterminación

El PSOE es un partido único. Cada nueva catástrofe es acompañada por la apertura de un nuevo conflicto. El 26 de junio, el partido volvió a batir un nuevo récord en su carrera hacia el abismo. Un «nuevo» peor resultado electoral de su historia. Salvaron la cara por la ayuda que les prestó Podemos con su pérdida de un 1,2 millones de votos que dinamitó todas las expectativas del sorpasso transformándolo en «tortasso». Por lo menos consiguieron seguir siendo el primer partido de la oposición.

Cualquiera aprovecharía la situación para intentar arreglar los problemas de fondo del socialismo español. Cualquiera menos el PSOE. Ahora, cuando toca preparar el comité federal del próximo día nueve de julio, se produce una nueva chispa en el interior del partido que es sin duda causus belli sin posibilidad de componendas.

El PSC, el partido de los socialistas catalanes, se ha despertado con una nueva oferta referida a una pretérita reforma constitucional.

En un referéndum celebrado en toda España, si la reforma es rechazada en Cataluña, el PSC propondría un referéndum en esta comunidad que sería en la práctica una consulta de autodeterminación. Y no es una ocurrencia nueva, sino una propuesta formal elaborada en documento por la actual dirección del PSC. Los socialistas catalanes abren la vía a la solución canadiense, en caso que el referéndum sobre la reforma constitucional pierda en Cataluña.

La respuesta de la dirección federal no puede haber sido más tibia. Ante la incredulidad de muchos barones socialistas, La secretaria de Ciencia, Participación y Política en Red del PSOE, María González Veracruz, ha declarado este viernes que espera que «no prospere» la propuesta del PSC de plantear un referéndum ‘a la canadiense’ sobre el futuro político de Cataluña.

Lo ocurrido este fin de semana anula todas las estrategias del próximo comité federal que irremediablemente se centrará en el nuevo frente abierto por el PSC.

Algunos dirigentes ajenos a la comisión ejecutiva, incluso han llegado a pensar en un ultimátum al PSC, si no retiran la propuesta e incluso creen que habría que pensar en lanzar la marca PSOE en Cataluña. Se sospecha, además, que lo ocurrido podría obedecer a conversaciones o, incluso, acuerdos antes de las elecciones con Xavier Domènech, en la línea de la propuesta que realizó Pablo Iglesias recomendando al PSC que el tema del referéndum catalán lo resolvieran a nivel de esa comunidad con la organización catalana de Podemos.

Cuando se esperaba un comité federal centrado en las políticas para la investidura de un nuevo gobierno y en los plazos para celebrar el congreso del PSOE, la nueva situación pone encima de la mesa el desafío del partido de los socialistas catalanes que en opinión de las fuentes consultadas no puede quedarse sin respuesta ni solución.

Solo ha habido la respuesta de María González Veracruz. Pedro Sánchez y el resto del núcleo duro de la dirección guardan silencio.

Mientras Podemos se debate en la incredulidad sobre los resultados obtenidos el 26-J, en unas absurdas cabriolas para buscar una explicación a la fuga de un 1,2 millones de votos, una parte del partido socialista, el PSC, apoya con matices las tesis de autodeterminación en Cataluña que probablemente es una de las causas de la fuga de votos en Podemos.

Esta próxima semana se van a producir contactos directos de Pedro Sánchez con los principales barones socialistas para sondear y estudiar preacuerdos para el comité Federal.

Siguen descartadas las hipótesis de que miembros significativos del comité vayan a pedir la dimisión del secretario general del PSOE. Pero todavía se desconoce el alcance que puede tener en las distintas posiciones del partido el nuevo desafío catalán. Sobre todo teniendo en cuenta el importante número de militantes afiliados al PSC.