El plan B de Isidro Fainé
Hace apenas tres meses comentábamos en este mismo espacio cuáles iban a ser los retos del presidente de la Fundación La Caixa y de Caixabank, Isidro Fainé, en 2015.
Los lectores más agudos quizá hayan sabido relacionar la información que saltaba el viernes pasado relativo a los cambios en el consejo de Gas Natural, con aquella humilde profecía periodística.
Pues sí. Isidro Fainé ha activado el plan B relativo a su futuro como máximo gestor del gigante financiero con base en Barcelona. Lo está haciendo en varias líneas y todas ellas son coincidentes con su visión de lo que debe ser la entidad el día en el cual su actual presidente deba alejarse del puente de mando.
El primero de todos los vectores es convertir La Caixa en una entidad ibérica, tomando como mercado de referencia la suma de España y Portugal. La OPA lanzada sobre su participada lusa BPI es la primera, pero seguramente no la última de las actuaciones que se llevarán a cabo. Una vez se superen los primeros obstáculos, Fainé sentará sus reales también en el sillón de mando de Lisboa. Con esa morfología de negocio, el grupo financiero consigue quebrar lentamente su obediencia catalana, lo que fue un activo en tiempos y se ha convertido en un lastre en el meollo de los debates políticos actuales.
Presidir la Fundación Bancaria La Caixa y Gas Natural es uno de los horizontes del banquero a partir de junio de 2016
El segundo es más personal. En los comienzos del verano de 2016, a Fainé le vence la excepción legal que le permite mantener la doble presidencia: banco y fundación. Cabe la posibilidad de lograr de las autoridades gubernamentales una extensión al plazo. No es una hipótesis descartable. La política, sin embargo, con todas sus sombras planeando sobre la composición del futuro parlamento español, hacen aconsejable activar una solución alternativa a una eventual dificultad en ese terreno. Mientras, Fainé prefiere mantener ante la prensa que hará lo que diga el consejo. No es una respuesta diletante, sino que maneja la cautela con precisión.
Es obvio que la entrada del presidente de La Caixa en Gas Natural tiene en el subyacente una vocación de continuidad en la gestión. Fainé no le haría ascos a partir de 2016 a una eventual presidencia de la fundación bancaria, por ejemplo, y a una de las principales participadas del grupo.
Por cierto, a los más observadores tampoco se les habrá escapado que Juan María Nin Génova también abandonará el consejo de administración de Gas Natural en la próxima junta de accionistas. El 31 de diciembre pasado dejó el consejo de Erste Bank y ya sólo mantiene equivalente cargo en Repsol. En el verano concluye su pacto con Fainé, que le proporcionó despacho en CosmoCaixa, secretaria, coche, chófer y teléfono, hasta junio próximo. Nin fue despedido e indemnizado, pero no lapidado por su antiguo jefe. Y, ahora, según explica, se dedicará a pasar los dos años de pacto de no concurrencia disfrutando de la familia. Incluso, y eso no lo dice, de los millones atesorados y de la agenda social labrada durante años.