El paripé del Gobierno
La equiparación que hizo Sánchez de Abascal con el genocida Putin, el líder más odiado por las democracias occidentales, es injustificable
La crisis ecónomica que estamos sufriendo, agudizada por la invasión de Putin en Ucrania, no admite más demoras para abaratar precios y rebajar impuestos. No nos podemos permitir ese lujo. Son medidas a las que finalmente se ha comprometido el presidente del gobierno, como consecuencia de la presión de la oposición, pero, eso sí, más adelante. A finales de mes. Sin empujar.
Quiere ganar tiempo para presentar un plan de contención de gastos energéticos. En primer lugar porque el ministro Bolaños ha vendido la piel del oso antes de cazarlo. Puede ser que Sánchez haya cerrado ya su plan pero no lo ha consensuado, en lo concreto, con sus socios de gobierno. Y en segundo lugar porque este presidente prefiere parapetarse tras el escudo del Consejo europeo. Por si rola el viento más desfavorable todavía , para mutualizar la culpa en una economía de guerra.
Ahora busca apoyos que sustituyan al abuso de sus decretos. Ya lo hizo en los momentos más duros de la pandemia cuando escurrió el bulto para endosarles a las comunidades autónomas la mal llamada ‘cogobernanza’. Pero ahora estamos ante un asunto de Estado con un gobierno desbordado y poco cohesionado.
Por eso, Sánchez quiere correr el mínimo riesgo a la hora de adoptar medidas que vayan a enfrentarle más a sus socios del ala oeste de la Moncloa. ¿Cómo va a compaginar una rebaja de impuestos en las facturas con el incremento de presión fiscal a las grandes empresas del sector energético?
En la oposición se malician de que el plan de choque ya esté cerrado por Sánchez. Y, por lo tanto, las reuniones que está manteniendo el Gobierno, incluida la cumbre del lunes con patronal y sindicatos, vaya a ser un paripé. Cuando ya están los transportistas en la calle advirtiendo que van a paralizar el país. De ahí la inconcreción de sus propuestas cuando sondea a los partidos de la oposición. De ahí el enfado de Feijóo que se va creciendo como líder del centro derecha en su periplo por España, en medio de un campo minado de trampas.
¿Qué estrategia de seguridad energética tiene Sánchez para España?
Los interlocutores desconocen cómo será el texto definitivo del plan de choque de Sánchez cuando se presente en el Congreso de los Diputados ¿Qué estrategia de seguridad energética tiene Sánchez para España, si es que tiene alguna?
A pesar de tanta divagación, este presidente ha encontrado más lealtad en el PP y en Ciudadanos que en sus socios. Una situación que ha provocado muchas suspicacias, además de la del PNV, en los ministros de Podemos que temen verse desplazados por un posible pacto entre los dos grandes partidos. Pero en el PP se apresuran a matizar. De momento sólo hay ruido. Feijóo no firmará cheques en blanco ni dará apoyos que luego Sánchez pueda instrumentalizar.
Vivimos sobre el alambre de la incertidumbre. Con un gobierno excepcional en Europa, por su composición socialcomunista y por sus apoyos secesionistas. Con una oposición con liderazgo renovado en el PP y con una tercera fuerza política en ascenso como Vox a quien Pedro Sánchez quiere encerrar en un cordón sanitario para aislarla y, sobre todo, para que no favorezca al PP con pactos de gobernabilidad que puedan llevar a Feijóo a la Moncloa más pronto de lo que desearía el actual inquilino.
La equiparación que Sánchez hizo en sede parlamentaria de Abascal con el genocida Putin fue injustificable. Asimilar Vox al tirano más odiado en estos momentos por las democracias occidentales equivale a una incitación al odio en nuestro país. La tercera fuerza política de este país tiene coincidencias con partidos radicales de extrema derecha en sus críticas a la Unión Europea. Pero Abascal apoyó en el Congreso a Sánchez en el envío de armas a Ucrania, condenando a Putin. No pueden decir lo mismo ni Podemos ni Bildu. Esos son los hechos. Pero así tenemos el Congreso de los Diputados.
El presidente Zelenski , en su ronda telemática por los parlamentos, sigue pidiendo ayuda para Ucrania. Y todos los congresistas se ponen en pie ,emocionados, para ovacionarle. En el de Estados Unidos, también el Bundestag a pesar de sus reproches a Alemania por no haber hecho lo suficiente ¿Se imaginan esa escena en nuestro Congreso? Yo no.