El otro Richard Nixon
No era un doctrinario, sino un ecléctico que practicó una realpolitik que combinaba ideología, interés y pragmatismo
El 50 aniversario del escándalo Watergate –el 17 de junio de 1972 fueron detenidos cinco hombres mientras asaltaban la sede del Partido Demócrata en Washington: una operación de espionaje teledirigida por el Partido Republicano– ha servido para recordar, de una forma generalmente displicente, la figura del presidente Richard Nixon.
La práctica totalidad de las crónicas y artículos al respecto, nos recuerdan –sigue la displicencia- que Richard Nixon continuó con la Guerra de Vietnam, luchó contra el comunismo soviético, intentó pactar con el comunismo chino y apoyó golpes de Estado en diferentes países de gobierno izquierdista. Cosa cierta. Pero, hay más. Al cumplirse 48 años de la renuncia de Richard Nixon (9 de agosto de 1974) a la presidencia de Estados Unidos, como consecuencia del escándalo del Watergate, no resulta ocioso completar el retrato de Richard Nixon más allá del Watergate.
Balance de una obra
Casi cinco décadas después de la renuncia de Richard Nixon, puede hacerse el siguiente balance (fuente: Douglas Brinkley y Luke A. Nichter, The Nixon Tapes, 2014).
Política internacional: impulsó el final de la guerra de Vietnam, negoció y firmó con Leonid Brézhnev el primer pacto de limitación de armas nucleares estratégicas introduciendo la idea de seguridad colectiva, estableció relaciones con Egipto sin romper con Israel, normalizó las relaciones con la República Popular China.
Política doméstica: promovió el New Federalism que otorgaba competencias y recursos a los Estados y ciudades, apremió la ratificación de una reforma constitucional (Equal Rights Amendmend) que otorgaba iguales derechos a hombre y mujer, impulsó el fin de la segregación racial, implementó programas sociales dirigidos a colectivos marginados y desfavorecidos, acometió políticas de defensa del poder adquisitivo de las clases medias e instauró nuevos derechos laborales que se aprecian en la Agencia de Seguridad y Salud Laboral y en la Ley de Salud y Seguridad Ocupacional.
Política social: estableció el control de precios, salarios y aranceles, estimuló un sistema de ayudas alimentarias que todavía existe (food stamps) y planteó –además de un seguro de enfermedad retomado por Barack Obama– una renta básica universal para trabajadores o desocupados que ingresaran menos de 750 dólares mensuales.
Política ambiental: creó la Agencia de Protección Ambiental y aprobó la Ley Nacional de Política Ambiental, la Ley de Aire Limpio, la Ley de Agua Limpia y la Ley de Protección de Mamíferos Marinos.
El retrato de Nixon
En su libro, los historiadores Douglas Brinkley y Luke A. Nichter recuentan que en las denominadas cintas de Nixon –tres mil horas de conversaciones desclasificadas entre Ricard Nixon y sus colaboradores-, solo el cinco por ciento tratan del Watergate. Por lo demás, retratan a un Richard Nixon analítico, astuto inteligente e impulsivo interesado en pacificar el mundo y lograr la hegemonía internacional de Estados Unidos sin por ello olvidar la política doméstica.
Una obra relativizada
Una obra ocultada durante casi 50 años por culpa del espionaje en el edificio Watergate que acabó con la carrera del ex presidente. A ello, contribuyó un republicanismo temeroso de reconocer los méritos del expresidente –su expresidente- del Watergate y a unos demócratas dispuestos a utilizar la figura de Richard Nixon contra los republicanos prescindiendo de su obra. Una obra que está en el origen de buena parte de la legislación social, laboral y medioambiental en Estados Unidos.
El antinixoniano y el izquierdista
Un crítico antinixoniano como el historiador Stanley Kutler –fue él quien litigó con el Archivo Nacional para que se publicarán las cintas del ex presidente- considera que Richard Nixon es “la figura política más influyente de Estados Unidos desde el final de la Segunda Guerra Mundial”. Por su parte, un izquierdista como Noam Chomsky –HuffPost Live, 21 de febrero 2014- celebra su “programa de ayuda a las familias” y señala que “en muchos aspectos, Nixon fue el último presidente liberal”. De centroizquierda, o socialdemócrata, o progresista, en el lenguaje político norteamericano.
La tercera vía de Richard Nixon
No era un doctrinario, sino un ecléctico que practicó una realpolitik que combinaba ideología, interés y pragmatismo. Cosa que le permitió captar el pálpito de la sociedad y la época en que vivió. De ahí, sus logros en política internacional y doméstica.
Richard Nixon se encuentra entre los presidentes de una tercera vía -ejemplo, Bill Clinton– que asumen ideas y propuestas de los adversarios políticos aunque ello implique enemistarse con su propio partido.
Bill Clinton en el funeral de Estado del expresidente Richard Nixon dijo lo siguiente: “Que llegue el día en que al presidente Nixon se le juzgue por toda su vida y carrera”.