¿El ocaso de Pedro Sánchez?

Las elecciones madrileñas se han convertido en referéndum sobre el gobierno Sánchez-Iglesias donde la coalición que ocupa la Moncloa se ha autolesionado

Si Isabel Díaz Ayuso es hoy una mezcla entre Juana de Arco y Golda Meir es porque Pedro Sánchez, confiado, montado en la soberbia del poder, pensó que podía señalarla como enemiga política y luego triturarla.

Sánchez ha caído de espaldas a la lona víctima de su propia estrategia. Díaz Ayuso no se amilanó y aceptó el reto, y el aspirante siempre estudia más, se prepara más y se motiva más que el que defiende la plaza mientras el que defiende el castillo suele despreciar al asaltante.

El resultado del tripartito de izquierdas en Madrid, un 42%, es incluso bueno si se tiene en cuenta que el PSOE, Podemos y Más Madrid, prometieron a los madrileños equiparar al alza sus impuestos a los de los catalanes, les llamaron bomba vírica, fascistas, insolidarios y remataron la campaña con el descubrimiento del fin de la desgravación en la declaración conjunta de la renta.

Parece obvio que la estrategia de campaña adecuada del PSOE hubiera sido contextualizar la campaña al ámbito regional, pero Sánchez e Iglesias salieron en tromba contra Díaz Ayuso y dispararon la participación, dado que es mucho menos motivante ir a votar sobre competencias autonómicas que tener la oportunidad de pasar factura democrática a quien te llama tabernario y franquista a la vez que te mete la mano en el bolsillo.

La estrategia de campaña adecuada del PSOE hubiera sido contextualizar la campaña al ámbito regional, pero Sánchez e Iglesias salieron en tromba contra Díaz Ayuso y dispararon la participación

La movilización que pedía Iglesias se le ha vuelto en contra, en todos los distritos de la capital incluidos los dos Vallecas y las ciudades feudo de la izquierda en el Madrid Sur y el Corredor de Henares la participación ha favorecido a Díaz Ayuso porque, habitualmente, a la gente no le gusta votar a gente enfadada y que te riñe como hicieron toda la campaña Pablo Iglesias y Ábalos.

Pedro Sánchez, que hace unos años hechó a Tomás Gómez con cajas destempladas del liderazgo del PSOE madrileño hoy daría una fortuna por tener ese resultado en su mano. Pero el resultado de Madrid no afecta solo a Madrid sino que es una primaria en clave nacional, así lo decidieron Sánchez e Iglesias al desembarcar con toda la artillería en campaña. Sánchez e Iglesias decidieron el tono, el campo de juego y centraron toda la atención en sí mismos.

La elección de Madrid se ha convertido en un referéndum sobre el tándem Pedro Sánchez – Pablo Iglesias y el dúo gubernamental se ha autolesionado. En los próximos días el debate se centrará en si este resultado abre un nuevo ciclo político en España y en si Pablo Casado es capaz de capitalizar esta victoria para retomar con fuerza su intento de ganar la Moncloa.

La elección de Madrid se ha convertido en un referéndum sobre el tándem Pedro Sánchez – Pablo Iglesias y el dúo gubernamental se ha autolesionado

El PP tiene buenas noticias objetivas: la desaparición de Cs le deja sin un adversario directo en Madrid y en toda España, y las elecciones andaluzas ratificarán esa posición. Pero Pablo Casado tiene retos gigantescos para poder abordar la presidencia: reforzarse en Cataluña y el País Vasco, definir su mensaje de forma clara sin giros, rodearse de un equipo potente y demostrar, como Isabel Díaz Ayuso, que puede ganar la presidencia del Gobierno sin ser rehén de Vox.

Sánchez, siempre intuitivo, olió la derrota en Madrid hace días y se retiró de la campaña de la misma forma que entro en ella, con estruendo. Sánchez está herido, se ha equivocado, intentará cargarle el mochuelo a Gabilondo, pero él cuando se acueste en su querido colchón nuevo, sabe la verdad, la culpa es suya.

En las próximas semanas veremos a Sánchez desmarcarse del agitprop de Podemos y empezará a marcar distancia con Pablo Iglesias, que camina a la pequeña dimensión electoral de IU en los años ’90 del siglo XX.

Sánchez, soberbio incluso en la derrota, tendrá la tentación de adelantar elecciones a otoño, así se evita otro revolcón en Andalucía e intentará crecer a derecha e izquierda aprovechando la desaparición de los antaño nuevos partidos.

Tendrá la tentación de adelantar elecciones a otoño, así se evita otro revolcón en Andalucía e intentará crecer a derecha e izquierda aprovechando la desaparición de los antaño nuevos partidos

Madrid ha parado los pies a un Iglesias desatado al que Sánchez dejaba hacer con frivolidad con el fin de aparecer como elemento de moderación y centralidad entre su socio y la derecha. Ahora debe cambiar de estrategia y tiene el viento en contra, pero el que crea que Sánchez está derrotado se equivoca, en la adversidad Sánchez es camaleónico y feroz, sino que se lo pregunten a sus colegas de partido, que le echaron y él volvió para cobrarse la venganza.

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