El negro y el blanco
"Es muy triste reconocer que nada en la historia unió tanto a las personas como tener un enemigo común"
Rebuscando en mis adentros y examinando mi mente, hace años que me he dado cuenta de que si catalogáramos mi intelecto diríamos que soy una persona visual, es decir, asimilo mucho mejor lo que visualizo en imágenes que lo que escucho o leo. Esto no se si es bueno o malo, simplemente soy así. En mi caso lo de una imagen vale más que mil palabras cobra la catalogación de axioma.
Tengo la inquietud desde muy chico de intentar entender, e incluso justificar, el comportamiento humano y, explorando e investigando, puedo establecer la relación entre el color blanco y el color negro para explicar ciertos comportamientos recurrentes en el ser humano.
No hay que recordar las luchas raciales entre negros y blancos por disputarse un cierto grado de hegemonía, donde casi siempre, por no decir siempre, salen perdiendo las personas negras.
Es muy triste reconocer que nada en la historia unió tanto a las personas como tener un enemigo común, y esto que algunos casos tuvo justificación, no es más que la muestra del frentismo que existió y que pervive en la actualidad.
Todo esto demuestra que no hemos aprendido prácticamente nada y que esta manera contumaz de comportarse nos va a acompañar por el resto de la existencia humana.
¿Cuál es el origen de esta manera de comportarse? Acaso se trata de algo grabado a fuego en nuestros genes, o se trata de una confabulación personal del arquitecto intelectual de nuestras existencias. Yo, personalmente, creo que se trata más bien del legado de nuestros antepasados, que en muchos casos hemos logrado reconocer y superar, en esta faceta en términos absolutos hemos fracasado. Como dijo aquel sabio presidente norteamericano, si quieres predecir el futuro, echa un vistazo a tu pasado.
“Detrás del color blanco y del negro está la cromática demostración de la polarización de la sociedad”
Detrás del color blanco y del negro está la cromática demostración de la polarización de la sociedad. Una sociedad de unos contra otros, donde los grises, en una sociedad en blanco y negro como la que vivimos en nuestras infancias los que ya vamos talluditos, simplemente no contaban para nada.
En pleno siglo XXI y en plena transformación digital se sigue malinterpretando esta digitalización a la que nuestro país asiste rezagado en el pelotón de la vuelta a la nueva revolución industrial.
Una sociedad digital, de unos y ceros, de tensión y no tensión, de izquierda y derecha, de rojos y azules, de Madrid y Barcelona, de católicos o musulmanes, y así la lista interminable del frentismo.
Nunca la escala de grises que existe entre el negro y el blanco, entre la oscuridad y la luz, tendrá un papel más protagonista en una sociedad donde para desgracia de todos nosotros triunfa por goleada la digitalización del comportamiento humano.