El mercado readaptado a la telefonía móvil
WhatsApp ha superado por primera vez en la historia de Internet al correo electrónico como medio escogido para comunicarnos con nuestros contactos. El dato lo da la AIMC, la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación, basándose en el análisis de las cifras de consumo de los meses de febrero y marzo de este año y teniendo en cuenta el comportamiento en red de casi cuarenta millones de personas localizadas en España. La diferencia porcentual es de 13,2 puntos (82,7% frente a 69,5%), por lo que todo apunta a que no se trata de un hecho puntual, sino de una tendencia que parece ir a la alza. De hecho, si Facebook se ha gastado 13.800 millones de euros en WhatsApp es por algo. Y, sí, ese algo supone el acceso a la mayor base de datos del planeta de usuarios de smartphones, a nuestros números y a los de nuestros contactos, a nuestras conversaciones –y, por tanto, a nuestros intereses- y, también en muchos casos, a nuestra geolocalización.
Si esto nos parece que son cifras que atingen a grandes compañías y que en nada pueden afectarnos a la manera de desarrollar nuestro negocio o que nada tienen que ver con nuestra tienda de barrio, nos estamos equivocando. Cada vez tenemos más información acerca de dónde están los públicos potenciales, así que ¿por qué vamos a esperar a que vengan a nosotros si somos nosotros los que podemos ir a ellos? Los dispositivos móviles están creciendo en uso y con ellos las búsquedas que se realizan por la calle, en el trabajo, en el bar o, en definitiva, donde surge la necesidad.
Estemos, pues, para satisfacer esa necesidad y dejemos que los demás la conviertan en demanda. Las apariciones en Google con una simple extensión que nos permita realizar una llamada sin necesidad de tener que marcar el número de teléfono se están llevando gran parte de las búsquedas. Es una herramienta accesible a cualquier empresa por su precio y por la facilidad de dejar de usarla cuando nos convenga, sin estar atados a ningún compromiso, y, además, su efectividad es máxima y fácil de medir. Pensemos simplemente qué hacemos nosotros: el grifo de la cocina está echando agua. Cojo el móvil y llamo a los primeros resultados que me aparecen. ¿Estás tú entre ellos? Si es que no, estás perdiendo clientes.