El hundimento del independentismo
La historia se repite, incluso la ficticia. ¿Supone esto el fracaso de la politica? No, lo que supone es el estrepitoso fracaso de los políticos
La historia se repite, incluso la ficticia. Como la que escribió hace más de dos décadas Fernando Vizcaíno Casas en su libro Las Autonosuyas, redactado en clave de humor e ironía. Observando todo lo que está sucediendo, mi memoria me rectrotae a las páginas de su libro una y otra vez porque supo visionar lo que actualmente está aconteciendo .
El caos y el desconcierto total se instalaron el pasado jueves en Cataluña de una forma que jamás habíamos presenciado y ante la mirada atónita de toda España. Si el discurso independentista ya no tenía ninguna credibilidad, en los últimos días hemos podido comprobar hasta qué punto la irresponsabilidad de unos individuos, que jamás deberían haber tenido responsabilidades de gobierno, han dañado profundamente la convivencia y la economía de su autonomía. Y también la del conjunto de la nación .
La clase política que nos llevó al momento más caótico de nuestra democracia deba asumir su jubilación forzosa. Ya no nos sirve, ni tampoco ellos sirven al interés general
¿Supone esto el fracaso de la politica?. No, lo que supone es el estrepitoso fracaso de los políticos. Una clase política plagada de abrazafarolas, estómagos agradecidos y presuntos çorruptos que nos han perjudicado a todos con sus erráticas y equivocadas decisiones. El último episodio de esta espiral de descomunales errores lo vivimos con el esperpentico pleno donde 70 irresponsables decidieron, en una huida hacia la nada, ahondar más aún el sufrimiento de Cataluña aprobando una ilegal e ilegítima republica catalana independiente, en una votación secreta que evidencia un ejercicio de cobardia sin precedentes y a sabiendas de que lo que acaban de hacer se reflejará en los libros de historia como una traicion a todo el pueblo español .
Pero hoy quiero extraer lo positivo de todo este despropósito que aún estamos sufriendo .En este momento caótico de nuestra historia democrática puede ser el verdadero punto de inflexión desde el que se recuperen los principios y valores que toda sociedad necesita para disfrutar de una convivencia próspera y productiva. Para ello ,toda esta clase política actual debe pasar, sí o sí, a su jubilación forzosa. Ya no nos sirven, ni tampoco ellos sirven ya al interés general de nuestro país. Únicamente se sirven a sí mismos y a sus miserias personales. Este es el único camino que puede abrir una senda de esperanza y futuro para los 47 millones de españoles que aquí vivimos. Aunque la realidad de lo que pueda suceder en los próximos días y semanas sigue siendo aún úna peligrosisima incógnita para la estabilidad económica y convivencia social.