El gremio del taxi no tiene futuro
No tiene sentido incentivar un conflicto falso e interesado: taxis y VTC pueden desaparecer en beneficio del vehículo de alquiler
El sector del taxi se exhibe nuevamente en Barcelona: huelga salvaje, chantaje sindical, intimidaciones, agresiones y amenaza de colapso circulatorio.
Por su parte, el VTC –a la zaga- se concentra sin colapsar el tráfico ni provocar tremolinas ni peloteras.
El sector del taxi es una de las pocas instituciones medievales que persisten en nuestra sociedad
¿Qué ocurre aquí? El sector del taxi –un gremio en toda regla- es una de las pocas instituciones medievales que perviven en nuestra sociedad globalizada y altamente tecnificada.
Institución medieval, ¿por qué? La respuesta la brinda Karl Marx en El capital al hablar de “leyes gremiales severísimas” que “defienden celosamente [a los agremiados] contra toda intrusión”. A ello, hay que añadir el “exclusivismo de los gremios establecido por decreto” y el “carácter hereditario de la casta”.
El sector del taxi cumple los criterios gremiales de Karl Marx: licencias limitadas que restringen el número de personas que pueden trabajar en el sector, tarifa regulada al alza por ausencia de competencia, mercado secundario de reventa de licencias o transmisión vía herencia.
El gremio del taxi no entiende: a más huelgas, más clientes para el VTC
Un gremialismo monopolista en toda regla legalizado por la vía del decreto que perjudica al consumidor. Y cuando la legislación se suaviza –abriendo la puerta a los VTC-, el taxi sale a la calle.
El gremio del taxi, y su correspondiente sindicalismo corporativo, no entiende dos cosas. Primera: a más huelgas y comportamientos incívicos, más clientes para el VTC. Segunda: lo mejor que le puede ocurrir es la competencia con el VTC.
Como la primera cuestión es una obviedad, me detengo brevemente en la segunda.
El conflicto entre el taxi y el VTC no se resolverá, sino que se disolverá –para bien o para mal- gracias a la tecnología. Cosa que abre una ventana de oportunidad para unos y otros. Me explico.
¿Qué busca el taxi y el VTC? Clientes. Detalle: el cliente no se busca, se encuentra. Y el cliente –cada vez más- encuentra taxi o VTC vía móvil. De ahí, lo pintoresco de prohibir –eso busca el gremio del taxi- la geolocalización del VTC. El privilegio medieval en la época de la libre competencia.
Así las cosas, no tiene sentido cultivar un falso e interesado conflicto. Y menos cuando el taxi y el VTC pueden desaparecer en beneficio del vehículo de alquiler, el vehículo compartido y el vehículo autónomo sin conductor.
La revolución del transporte
¿O es que no están ahí el carsharing, el motosharing y las aplicaciones car2go, Emov, eCooltra, Motit o Yugo que ofrecen coches y motos compartidos?
¿O es que no están ahí los vehículos autónomos sin conductor como el Waymo Alphabet de Google –o el Toyota Uber– que lleva recorridos casi tres millones de kilómetros en Estados Unidos?
Atención al Boston Consulting Group y el World Economic Forum (Self-Driving Vehicles, Robo-Taxis, and the Urban Mobility Revolution, 2016): en tres años diez millones de vehículos autónomos sin conductor en Estados Unidos recorrerán la cuarta parte de los kilómetros del país.
La modernización del sector del taxi
El taxi y el VTC se han de modernizar, el sindicato se ha de olvidar de huelgas y movilizaciones, y la Administración ha de arrinconar la política del decreto que elimina la libre competencia. O eso, o la desaparición a corto o medio plazo.
El taxi, el VTC, el sindicato y la Administración, ¿se comportarán como actores racionales adaptándose a una presente tecnológico que incorpora una desregulación que la ciudadanía ya está haciendo suya?