El Govern de las princesas

Los días del Govern de Artur Mas van pasando. En su primera legislatura prometió un “Govern dels millors” (los mejores) y fracasó. En esta segunda, camino de Ítaca, simplemente no prometió nada más que su viaje contra el viento. Y como consecuencia ha formado un “Govern” de princesas.

Ya saben, todos hemos tenido princesas en nuestras vidas. Algunos de vida intensa hemos tenido princesas cafres “con su camisa sucia y, en lugar de sonrisa, una especia de mueca” a lo Sabina y princesas más “catalanas al estilo Mas” que a lo sumo “se levantan temprano” – siguiendo la doctrina de Guardiola –, “mean colonia”– como diría la mala prensa de Madrid –, y cuando tienen “un problema se esconden, se largan” o dicen aquello tan patrio de “ahora no toca” o “que lo solucione otro”.

La verdad es que las princesas del Govern no se han enterado que ahora ya es demasiado tarde. Los problemas crecen y ya no hay perro que buscar para ladrar. El barco a Ítaca volcó, subieron demasiados desalmados, y ya saben que colonia cara de princesas y desalmados en la misma cubierta no tienen nunca un buen timón. Pensaron algunos que solo levantándose temprano solucionarían los problemas. Pero princesas del Govern, esa no es la solución. Los problemas no se arreglan solo con largas reuniones o comilonas, sino simplemente con carácter y acción.

Y un país que quiere liderar algo necesita primero liderarse así mismo. Las princesas están bien para pasearlas pero no para gestionar problemas. Los problemas se gestionan desde la experiencia, incluso desde el dolor del tránsito, pero nunca desde la taza del wc oliendo su propio fragor. Y eso nos falla. Quizás Artur Mas no sea una mala persona, pero no ha entendido que las situaciones excepcionales se solucionan con políticos excepcionales. Es decir, gente que es capaz de picar una mesa, elevar la voz si es necesario, pero ante todo siempre liderar un proyecto.

Artur Mas pasará a la historia como el gobernante que no gobernó, como el patrón que hundió el barco camino de Ítaca, y como el que eligió al mayor número de princesas para su “Govern”. Lástima que si Catalunya se ha distinguido de algo en su larga historia, y bien lo sabe Junqueras, es que las princesas son solo una parte, y nunca la parte mayor del todo. Catalunya es algo más que princesas y Mas lo ha ignorado.