El gigante Cargill vuelve a las pérdidas en España

La filial de la multinacional norteamericana Cargill en la península Ibérica saldó el año pasado sus actividades con unas ventas levemente al alza, de 1.398 millones de euros, y un quebranto de 5 millones. Los números rojos son una constante en los balances de la firma desde hace largo tiempo. La racha pareció truncarse en el ejercicio precedente, con unos beneficios de 17 millones. Sin embargo, el viraje se reveló efímero y el signo negativo ha vuelto a imperar en la rúbrica final de las cuentas.

La compañía está presidida desde 2007 por José María Mateo Alujas, quien a la vez tiene confiada la dirección general. En estos momentos aborda la absorción de tres de sus filiales, Cargill Oil Packers, de Sant Cugat del Vallès; Nutral, de Colmenar Viejo; y SCA Ibérica, de Mequinenza (Zaragoza). En conjunto, este terceto le aportará ventas por valor de 35 millones.

Cargill es una de las mayores sociedades familiares de EEUU no cotizadas en bolsa. Forma parte un selecto grupo de cinco compañías de aquel país, que maneja los hilos del comercio mundial de primeras materias agrícolas. Desembarcó en la península Ibérica hace más de medio siglo, con una planta de extracción de soja en Tarragona. En los años 80 adquirió Piensos Hens, por entonces una de las firmas líderes de su ramo, perteneciente a las familias Catá y Mercadé. Posteriormente, los Mercadé fundaron la promotora inmobiliaria Layetana.

Cargill Ibérica tiene su sede central en Martorell. Se dedica a la producción de cereales, molturación de semillas oleaginosas, refinado y envasado de aceite y elaboración de artículos para alimentación animal, almidones, edulcorantes y malta. La plantilla comprende un millar de colaboradores.