El gambito de Pedro Sánchez

Parece que Pedro Sánchez está sorprendiendo a mucha gente. Tanto dentro como sobre todo fuera del PSOE comienza a extenderse la opinión de que el líder socialista demuestra una capacidad política muy superior a la que se le estimaba.

Ignoro si Pedro Sánchez juega o no al ajedrez. Pero su hábil jugada del sábado, en el tan esperado comité federal del PSOE, tiene mucho de gambito. Es ésta una apertura ajedrecística clásica. Se trata del ofrecimiento de alguna pieza menor a cambio de lograr ventaja posterior en el desarrollo del juego.

Al aceptar de entrada la convocatoria del congreso ordinario del PSOE en la fecha reclamada por buena parte de los barones de su partido, el próximo mes de mayo, Pedro Sánchez realizó un gambito inteligente, que acto seguido le permitió sorprender a todos con una propuesta política de gran calado: someter cualquier acuerdo para un posible pacto de investidura presidencial a una consulta abierta a la participación del conjunto de la militancia socialista.

Aunque por razones estatutarias una consulta de este tipo no puede tener aún carácter vinculante, ya que es el comité federal socialista el que a la postre debe aprobar o rechazar cualquier posible pacto de investidura, está claro que Pedro Sánchez ha tomado una importante ventaja. ¿Qué comité federal se atrevería a votar en contra de lo que la militancia socialista haya votado?

No es un secreto para nadie, y mucho menos aún para los llamados «barones», que la militancia socialista, de forma muy mayoritaria, no acepta ni aceptará, no ya por activa sino tampoco por pasiva, facilitar la continuidad del PP en el gobierno, incluso sin que lo presida Rajoy.

Tampoco es un secreto para nadie, incluso para los dirigentes de Podemos y sus diversas confluencias y también para los líderes de Ciudadanos, que en la militancia socialista son muy mayoritarios los partidarios de un nuevo gobierno de progreso y reformas, pero sin imposiciones extemporáneas.  

Con su inesperado gambito Pedro Sánchez ha marcado terreno. Lo ha hecho dentro y también fuera del PSOE. Ha roto todos los puentes que unos y otros le ofrecían para pactar una gran coalición con el PP

Pero, al mismo tiempo, el líder socialista no se ha lanzado a la desesperada a la consecución sin más de un pacto claudicante que le garantice su investidura presidencial, ya que ha dejado la decisión al respecto en manos de la militancia.

Pedro Sánchez ha dejado claro su decidido afán de liderazgo. Y al mismo tiempo, en un muy buen ejemplo de ejercicio público y práctico de democracia interna, transparencia y, en definitiva, de verdadera «nueva política», ha puesto las bases para el inicio de unas negociaciones que pueden abrir un nuevo periodo en la política española.

Veremos qué recorrido final tiene esta inteligente jugada de ajedrez político iniciada por Pedro Sánchez. Podemos y Ciudadanos saben que de ellos dependerá también el resultado de una consulta interna entre los militantes socialistas. ¿No querían «nueva política»? ¿Qué hay más de «nueva política» que una consulta democrática a la militancia, no en una asamblea sino mediante voto individual y secreto?