El futuro incierto de Convergència
He sido incapaz de hablar con nadie en las últimas semanas que tenga un discurso optimista sobre cuál será el futuro político de Convergència Democràtica de Catalunya. En este mundo tan urgente en el que vivimos pueden suceder muchas cosas de manera fulgurante y, por tanto, cualquier premonición tiende a ser una pura especulación, casi un divertimento, pero lo cierto es que el partido que nucleó tras el franquismo a diferentes sensibilidades del centro derecha catalanista hoy es apenas un mal retrato de lo que fue. Aquel cemento que unió a liberales, socialdemócratas, democratacristianos… está agrietado y aquejado de una patología que amenaza ruina.
Sin líderes en el aparato que sean reconocibles por los afiliados y la opinión pública; con un problema de definición política entre el conservadurismo inmovilista de algunos ámbitos al radicalismo nacionalista de otros; y con un dirigente político chamuscado como Artur Mas, la Convergència de los fundadores tiene pocas posibilidades de prosperar políticamente en el futuro más inmediato. Las elecciones municipales próximas pueden constituir el funeral del histórico partido de Pujol y Trias Fargas.
Esa crisis, que afecta de igual manera al socialismo catalán, lleva a hacerse una reflexión inmediata: ¿quién y cómo representará al centro-derecha político en la Catalunya del futuro? Esa es la incógnita que todavía debe despejarse. La moderación de ERC en los últimos tiempos, a velocidad de vértigo y con alto grado de conveniencia electoral, no parece vislumbrarse como una alternativa neta de ese espacio político que ha ocupado en diferentes fases de la historia reciente la llamada sociovergencia.
Sean ustedes quienes reflexionen y propongan alguna idea a este incierto laberinto.