El flujo, el reflujo y el alza del PSOE
Trasvases del centro y de la izquierda hacia el PSOE que se están dando en toda España pero más en Cataluña
Aunque siempre es mejor disponer de algún poso no es preciso haber leído a Montaigne para saber que, según él y todos los indicios, “la vida es ondulante”. Basta con observar la superficie de la Tierra, las olas del mar o las de la historia para constatar como se suceden las subidas y las bajadas.
Hablando de océanos y del movimiento general de la historia, son imprescindibles la páginas del largo epílogo de Guerra y paz, esas que todo el mundo se salta sin saber que encierran muchas claves.
Pueden ir desengañándose quienes presienten el auge del independentismo catalán como un suflé
En ellas, Tolstoi describe la invasión napoleónica de Rusia, y en el fondo la misma Revolución Francesa que la impulsó, como una ola gigantesca, hoy diríamos un tsunami, que se levanta de pronto, invade toda Europa, entra luego en territorio del zar con furia pero la va perdiendo poco a poco… hasta que muere en Moscú. Luego se retira mansamente y se funde en la arena de la playa del tiempo.
Valgan las sabias palabras de los gigantes Montaigne y Tolstoi para, descendiendo de un salto al triste presente que nos invade, desengañar, o por lo menos cuestionar, a quienes ven el ascenso de la derecha como una escalera rectilínea y sin fin.
También, a pesar de que soy absolutamente alérgico a las simetrías groseras, pueden ir desengañándose quienes presienten el auge del independentismo catalán como un suflé que no parará de henchirse hasta desbordar el horno donde se calienta. La vida es ondulante. Después del flujo, el reflujo.
Que Vox tire del PP hacia la extrema derecha tiene una explicación política e histórica
Sin necesidad de sondeos, ya se advertía, y en este digital dejé buena constancia, del error garrafal de Ciudadanos consistente en abandonar por completo el centro en manos socialistas.
Que Vox tire del PP hacia la extrema derecha tiene una explicación política e histórica. Pero que C’s siga los mismos pasos en vez de marcar un perfil propio de modernidad y futuro sobre nuevas bases, equivale a un harakiri, o más bien a un suicidio dictado por una voluntad superior, como el de Séneca ordenado por Nerón, si bien no tan aleccionador como el del gran político y filósofo –además de colosal corrupto— de la antigüedad.
De confirmar el resto de sondeos, por lo menos los sólo ligeramente manipulados, que C’s va perdiendo fuelle a favor del PSOE, no del PP y menos de Vox, se evidenciará el cambio de tendencia.
C’s disponía de un capital político, de un empuje ascendente que, bien o medianamente administrado, conducía a los de Rivera directos a la segunda plaza, por delante del PP, en el podio electoral de abril. Con una única condición, consistente en no abandonar el centro. Se han cuidado de incumplirla y lo pagarán.
Por razones distintas, los tradicionales graneros de votos socialistas, Andalucía y Cataluña, están cambiando de tendencia
En política, y menos en campaña o precampaña electoral, ser bifronte o exhibir múltiples rostros suele dar réditos. Distintas clientelas, mensajes diferenciados. Abandonar esta práctica universal de todo triunfador y endosarse una careta equivalente a la de Abascal y Casado puede comportar el final político de Rivera, tal vez no el de Arrimadas.
Siendo este el principal no es el único factor del reflujo de las derechas, sumadas o sin sumar. Ni de lejos. Por razones distintas, los tradicionales graneros de votos socialistas, Andalucía y Cataluña, están cambiando de tendencia.
Asustados por tripartito y arrepentidos del abstencionismo que ha conducido Vox a conformar y condicionar una mayoría de gobierno, no pocos votantes andaluces que se quedaron en casa contra Susana Díaz van a votar ahora a favor de Pedro Sánchez.
Van a ser legión asimismo en Cataluña los votantes que se pasaron del PSC a C’s y volverán al seno materno. Asimismo algunos que les abandonaron por la izquierda, insatisfechos por el escaso poder transformador de los podemitas y comunes –en contraste con su gran capacidad acomodaticia— y coadyuvados por el aura de rebelde juicioso de Pedro Sánchez, le van a dar un voto de confianza.
Trasvases del centro y de la izquierda hacia el PSOE que se están dando en toda España pero más en Cataluña, que es donde los socialistas habían perdido más fuelle por su ambigüedad inicial hacia el proceso.
El auge del PSC
Demolida la ambigüedad mediante el gesto de apoyo al 155 y la inestimable colaboración del ministro Borrell, pasado el peligro de secesión inmediata y considerado Sánchez un negociador flexible, el granero del PSC se dispone a abandonar las vacas flacas.
¿Es eso todo? Ni mucho menos. El voto independentista más radical, el que ya ha desconectado o finge haberlo hecho, se apresta a abstenerse. Bajón al canto. Al otro lado del espectro, el independentismo instrumental, el más dialogante, puede darle un voto de confianza a Sánchez para que intente allanar el camino de una solución o por lo menos capear el brote de malestar de las sentencias y alargar luego la relativa calma.
Se mire por donde se mire, el reflujo de la tensión favorece a Pedro Sánchez.