El fluir de la energía
Hace unos días me reuní con la sectorial de energías verdes de la PIMEC. Una interesante charla donde los pequeños empresarios vinculados a las eólicas, fotovoltaicas, geotérmicas, biomasa, cogeneración, pequeños saltos e instaladores, expusieron con crudeza la situación del sector en España.
Empezamos con la relación con el actual Gobierno y sus políticas energéticas, que es de choque frontal. Sólo hay que recordar que pidieron la dimisión del ministro Soria poco después de tomar posesión al detectar que el decreto eléctrico de enero de 2012 era una copia literal del programa de la FAES, fundación del PP, abundantemente financiada por todos los oligopolios y algún comisionista.
Otro dato que me proporcionan las pymes energéticas. España tiene sobrepotencia instalada y entonces hay segmentos de potencia que sobreproducen y otros que infraproducen. Datos del balance eléctrico de 2013: mientras el carbón tenía una potencia del 9% del total, producía/consumía el 15% del total. La nuclear que tiene un porcentaje del 7% del total de la potencia, produce el 20%. En cambio, el gas que tiene un porcentaje de potencia del 25%, sólo produce el 10%. Las grandes compañías oligopólicas están bastante diversificadas como para que siempre ganen. E incluso para que puedan influir en que pese más aquel segmento que les ofrece más margen, no aquel que sería más sostenible y bajaría costes al consumidor.
Otro anacronismo es el peso que todavía tiene el carbón, energía contaminante e hipersubsidiada que produce por encima de su potencia. Los empresarios planteaban que por razones ecológicas y de eficiencia se debía suprimir este 15% de carbón en beneficio de las que producen menos de lo que les permite su potencial, sean extractivas menos contaminantes como el gas, o sean alternativas como la eólica y las solares.
Otro dato de los empresarios. Cataluña es autosuficiente energéticamente y el coste de la generación, al tener un modelo mixto y diversificado, es de los más bajos del Estado. Con una hipótesis de soberanía en política energética los consumidores catalanes ahorrarían, con la actual oferta, unos 1.800 millones de euros al año. Madrid por el contrario, no produce ninguna energía, sólo es un gran consumidor.
¿Cómo explican los empresarios los bandazos de los ministros españoles de industria en torno a las políticas energéticas? Primero, para salvar financieramente las empresas del oligopolio, con un déficit tarifario reconocido de 30.000 millones de euros y otro no reconocido similar. Eso sí, siempre repartiendo abundantes beneficios entre accionistas e importantes sueldos a los directivos.
Segundo, ante el riesgo de que las energías limpias acaben imponiéndose de forma irreversible se trataba de eliminar, vía BOE, la competencia dispersa de centenares de pymes de la energía verde.
Tercero, destrozar la competencia y retrasar la implantación de la autogeneración y el autoconsumo, amenazando con un decreto de peaje a aquellos empresarios que instalen sistemas de energías renovables para rebajar el consumo. Decreto que no se ha publicado, porque sería denunciable ante varios organismos europeos, ya sea por el ataque a la sostenibilidad o a la libre competencia; pero que en un país donde se practica la omertà y el Estado es un instrumento al servicio del bandidismo, ha tenido unos efectos disuasorios devastadores entre el pequeño empresariado.
Y último detalle: la principal eléctrica germánica que factura cinco veces más que Endesa, repartió el año pasado la quinta parte de los beneficios de la española. Entonces se entiende la anécdota de aquel ministro «novato» que por poco no se desmaya cuando recibió al representante de UNESA, que le anunció cuál sería la política tarifaria del Gobierno para el año siguiente. Como era de costumbre, añadió el ínclito representante de los oligokilowatios, ante la estupefacción del ministro.
Macedonia
He asistido también a un acto de las Izquierdas por el Sí-Sí donde el periodista Antonio Baños explicó por qué a pesar de sus orígenes andaluces y sus lazos sentimentales y solidarios con la gente de España que no dejará de apostar por la independencia. La única manera de desmontar un aparato totalmente vinculado al capitalismo «castizo», élites extractivas o casta oligárquica. Dígale cómo quiera.
Por cierto, Baños denunció que «un panfleto ultraespañolista titulado Crónica Global se había repartido en Nou Barris contra el 9N, con Gay de Liébana, pijo del Ecuestre; y tres anunciantes a toda página: Telefónica, Santander y BBVA». Baños añadió: «¿Entendéis por qué estoy con la independencia?»
Cuando salga este artículo, el 9N, estaré en una mesa recogiendo denuncias de ciudadanos contra el Estado por vulneración de derechos elementales de manifestación y opinión ante tribunales internacionales.
Lo decía hace poco en este digital. El Estado ha elegido la jurídica como arma del duelo. Y la Brigada Aranzadi se las tendrá con la guerrilla Raimon de Penyafort. Aparte de las iniciativas gubernamentales, en pocos días hemos visto aparecer colectivos de abogados contra la catalanofobia y discriminación étnico-cultural; padres instando legalmente a una reparación económica a Wert por 40 años de escolarización en escuelas privadas de pago, porque las públicas tenían prohibido la enseñanza del catalán; y empresarios como los que me he entrevistado esta semana, que acabarán llevando al Estado y al oligopolio eléctrico ante algún tribunal. Tiempo al tiempo. Buena fiesta del 9N.