El fabricante de Clipper y Alpino crece sin cesar pese a la crisis
La empresa Flamagás, perteneciente a la familia perfumera Puig, sobrevive incólume al hundimiento de la economía que el país ha padecido. Hoy está facturando un 40% por encima de las cifras que lograba en 2007. La firma tiene tres líneas de negocio: encendedores, artículos de escritura y papelería, y electrónica.
La primera abarca los mecheros Clipper, con una producción que le sitúa entre los principales fabricantes del mundo. El segundo renglón incluye los lápices Alpino, ceras Dacs y Masats, y lápices para cosmética. Por último, la rúbrica electrónica comprende la venta de un variado surtido de radios, despertadores, reproductores MP3, MP4 y MP5, diccionarios y telefonía, procedentes de marcas foráneas como Daewoo, Franklin, Zipy y Rimax.
El grupo tiene su sede central en la Zona Franca y posee plantas industriales en Llinars del Vallès, China e India, con una nómina conjunta de 1.636 personas. Hasta 2006, también disponía de un centro de trabajo en Sant Just Desvern, donde manufacturaba los lápices Alpino, pero lo cerró y trasladó la producción a las instalaciones de Llinars.
El pasado ejercicio, las ventas consolidadas de la compañía subieron de 73 a 80,5 millones de euros. El beneficio neto alcanzó los 4,5 millones. Hace un par de años las ganancias habían ascendido a más del doble, exactamente 9,4 millones, pero tal resultado incorporaba ingresos extraordinarios por la indemnización recibida tras la expropiación forzosa que sufrió una de las filiales.
Nota distintiva de la casa es su menguado endeudamiento bancario, pues suma poco más de 8 millones y se compara muy favorablemente con los recursos propios, situados en 60 millones.