El Estado Islámico cruza la línea
La ultima hazaña, si así pudiese llamarse, del nefasto Estado Islámico ha cruzado la líneas de las líneas. El secuestro y el ataque a los religiosos y los dos feligreses en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, cerca de Ruoen y a 108 kilómetros de Paris este martes ha marcado un antes y un después en la historia de nuestro convulsionado siglo XXI. No es que esa iglesia no importe porque esta muy lejos de casa y por que el cura y los dos feligreses hablaban un idioma diferente al nuestro.
En ese momento, durante la celebración de una Misa que se ha repetido en millones de iglesias alrededor del mundo por mas de mil años, en catedrales doradas y en iglesitas humildes construidas con fe y barro, el lazo humano que nos une desde siempre debe de hacerse más fuerte que nunca.
En ese momento, el Estado Islámico cruzó la línea que no se debe cruzar nunca, porque es la línea de la auto-destrucción. Es innoble no proteger a los más indefensos. El ultraje de la iglesita francesa, durante un instante sacro, la degollación de un sacerdote de 84 años, el fraile Jacques Hamel, delante de las monjas y los feligreses, debe de unir a todos los hombres y mujeres de inteligencia y buena fe para llegar a una resolución de hierro.
Una resolución según la cual protegeremos a la gente de bien, y de que nuestra voluntad será desde aquí en adelante inquebrantable para combatir a la violenta y extrema cobardía.
Vergonzosamente, aquí en EEUU, los principales medios de comunicación, incluyendo a CNN y MSNBC y FOX no han hecho mención alguna del asesinato durante horas, dedicándose en cuerpo y alma a los más mínimos detalles de la convención del Partido Demócrata.
Cada vez más, el norteamericano educado se fía menos de los medios de comunicación corporativos, que están perdiendo importancia en proporción directa a su abandono de la ética tradicional de la imparcialidad y la relevancia. El Vaticano sí se ha pronunciado, condenando el acto de violencia dentro de un templo Católico, durante la Misa, y ha hecho un llamamiento a la hermandad y a la paz. El Sumo Pontífice, Francisco I, ha condenado el ataque en los términos más contundentes.
La Casa Blanca se encuentra ante una situación delicada, ya que esta ultima fechoría del EI favorece la posición del archí-enemigo Demócrata, Donald Trump, quien ha hecho del combate antiterrorista un lema de campaña. Esperemos que la calma y la razón prime. Y que el cruce de la línea de las líneas cristalice la voluntad europea y la hermandad internacional en beneficio de una estrategia de erradicación del Estado Islámico efectiva, absoluta y veloz.