El Ebro se mueve

 

Mientras se ha dado un giro argumental gaudiniano a la justificación del EuroVegas en Cataluña, no sé si superficialmente o con voluntad de ir a fondo en la tematización autóctona, la única que puede singularizar el producto en un mundo global, he transitado un día por las Tierras del Ebro, visitando viejos conocidos.

En sus iniciativas, aparentemente micro, está la semilla del desarrollo económico desconcentrado, integral y sostenible
. Agricultores de los cítricos de Alcanar, a los que ayudamos desde el Gobierno a reflexionar sobre la mejora de la comercialización, la investigación para generar valor añadido, la valorización gastronómica en colaboración de Alicia (Fundación para la Alimentación y la Ciencia, dirigida por Valentín Fuster y Ferran Adrià), la exploración de un turismo cítrico, las posibilidades de consolidar y ampliar una feria especializada del cítrico…

También se encuentra la voluntad del ayuntamiento por la valorización del patrimonio tangible e intangible con la creación del museo de los ‘Ilercavones’ (íberos que se movían entre Cataluña, Aragón y Valencia) financiado por el antiguo Pladetur, ya desaparecido; y posibilidades de explotación del patrimonio inmaterial de la 1 ª guerra carlista y el mítico general Cabrera.

En Deltebre estuve con el director de la Federación de ‘musclaires’ loa quienes dimos un importante empuje – así como los arroceros- marcándoles el objetivo de la calidad, pero facilitándoles el acceso a alguna empresa de gran distribución que juega abiertamente a la calidad con denominación de origen.

Estas operaciones en algunos casos han significado triplicar los márgenes e incrementar tres años seguidos ratios de varias decenas de puntos. ‘Musclaires’ animados por la bendición que hicimos hace cuatro años de las pruebas piloto de turismo de batea, que han permitido el desfile del año pasado de más de 3000 turistas, muchos de ellos procedentes de la Costa Dorada en una oferta lúdico-gastronómica insólita de visitas-degustación excelentes mejillones, ostras y, muy pronto, el fruto del cultivo de almejas de calidad.

El Ebro también marcha con la próxima inauguración del centro Mundo Naturaleza de Catalunya Caixa especializada en turismo ornitológico y ‘birdwatching’ (observación de pájaros) que dará un servicio estratégico en un parque natural escasamente aprovechado. O con la próxima constitución del Consorcio de Conservación y de Explotación Turística de la laguna de la Bombita con el Estado, la Generalitat, el Ayuntamiento de Deltebre, cazadores, pescadores y arroceros. El proyecto supone la puesta en marcha de un auténtico parque temático sostenible y con identidad, sin necesidad de importar y impostar atracciones de cartón piedra.

O hablamos de Corberà d’Ebre – la Belchite catalana- con el pueblo derrumbado por la Batalla del Ebro con mejoras en las instalaciones de acogida y un centro de interpretación clave para todo el ecomuseo de la Terra Alta, ahora atascado en absurdos burocráticos recubiertos de excusas presupuestarias. Buenas instalaciones perfectamente externalizables a microempresas, autónomos o cooperativas que hagan del turismo sostenible y los servicios la fuente de sus ingresos.

Y dejaremos para otro día la imaginativa iniciativa del Alcalde de Rasquera, facilitando plantaciones privadas de cannabis, bien asesoradas legalmente, y con soportes de diagnosis potentes de organismos internacionales y con el noble objetivo de hacer aflorar la economía sumergida para que pague impuestos y se pueda hacer seguimiento médico, como se hace con el alcohol y el tabaco. El Ebro se mueve.