El bicing costará este año 2012, 21,2 millones de euros al erario municipal. De este total, unos 5,5 millones lo pagan sus 120.000 abonados, el resto unos 16 millones, sale de los bolsillos de todos, incluidas aquellos que no lo usan.
A menudo sale a la prensa que nos hemos gastado fortunas en equipamientos de dudosa necesidad como dos prisiones (Tarragona 114M€ , Figueres 101M€), o un aeropuerto (Lleida 90M€), o un centro de emergencias (Reus 20M€).
Nos cuestionamos tanto el dinero público, que nos atrevemos a decir que el dinero gastado por el Senado en unos cuadros (unos 400 mil) son un dispendio. Pero en cambio nos podemos gastar más de 150 millones de euros de dinero público en un contrato a 10 años para que 28.521 usuarios regulares pedaleen 14 minutos al día, y esto sí que es absolutamente imprescindible. ¡Qué país!
Y cuando se ha hablado, la noticia, no ha sido que el ayuntamiento no ha puesto fin a este disparate (como lo calificó el actual gobierno cuando estaba en la oposición), sino que ¡ha subido las tarifas un 25%!. Es decir, que aquello importante es que los usuarios sufrirán un aumento de 9 euros al año (de 35€ a 44€)! Ahora bien, a pesar de esta astronómica subida, los usuarios sólo cubrirán una cuarta parte de su coste.
Pero, ¿44 Euros son muchos o pocos? Pues depende. ¿Qué cuesta viajar un mes en transporte público? 50 euros (T-mas/1 zona). Es decir, que un viajero de metro tiene que pagar 13 veces más que un usuario de bicing. ¿Es esto justo?
Otra manera de medir si es caro o barato, es dividir el coste global por el número de usuarios. En este caso (21 millones de euros entre 120.000 igual a 175 euros) el ayuntamiento podría regalar CADA AÑO una bicicleta (cómo ésta, con suspensión y frenos delanteros de disco) a cada uno de los 120.000 usuarios del bicing.
Un defensor de este medio de transporte me dijo por Twitter que la bicicleta aporta mejoras de salud, evita muertos y contamina menos. Estas afirmaciones están basadas en un estudio que podría estar sesgado. Aquí tenéis el estudio y las críticas que ha generado. Me ocuparía un artículo entero haceros un resumen, así que lo dejamos para más adelante.
En conclusión, es bueno mejorar el transporte público, es bueno facilitar el ejercicio y la buena salud de los ciudadanos y es bueno fomentar la sostenibilidad de medios de transporte como la bicicleta, pero en estos momentos hay que replanteárselo todo. El sistema, el coste y el alcance.
El sistema pasa por poco contaminante pero a lo largo del día y de la noche hay furgonetas reponiendo bicicletas arriba y abajo por la ciudad. El coste de mantenimiento de cada una de las 6.000 bicicletas es de 3.500 euros/año, una cifra francamente mejorable. Y el alcance, de sólo 3,3 kilómetros diarios (¡no por trayecto!), es claramente insuficiente. Espero que a partir de ahora, sus responsables, afilen bien el lápiz y gestionen mejor este servicio. Los ciudadanos se lo agradeceremos.