El dinero de Europa no salvará a España

PSOE y Podemos confían en que los millones de Europa servirán para acelerar el crecimiento y evitar la quiebra, pero ese dinero no salvará a España

El Gobierno ya está trabajando en su particular estrategia para tratar de salir de la profunda crisis económica que sufre el país aprovechando los ingentes recursos procedentes de Europa.

La pasada semana, tanto el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, como la ministra de Economía, Nadia Calviño, avanzaron los grandes ejes del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cuyos proyectos serán financiados a cargo de los 140.000 millones de euros que la UE inyectará a España durante los próximos años mediante la concesión de subvenciones y préstamos.

Algunos creen, ilusoriamente, que el Fondo de Recuperación Europeo constituye una especie de rescate soberano por la puerta de atrás, al estilo de lo acontecido en la pasada crisis del euro, solo que, en este caso, las condiciones son mucho más ventajosas para el Gobierno, ya que este mecanismo de ayuda comunitaria no obliga a realizar ajustes ni reformas impopulares.

El problema, sin embargo, es que no es un rescate y, si bien es cierto que la aceptación del Fondo está condicionada al mantenimiento de una mínima ortodoxia económica y fiscal, la economía nacional no saldrá del atolladero sin la aprobación de un ambicioso paquete de reformas estructurales y un sano ejercicio de contención en el gasto público.

Todos los países han sufrido en mayor o menor medida el azote de la pandemia, pero España es, de lejos, el que peor la ha gestionado del mundo tras Perú.

El hecho de que el Gobierno actuara tarde y mal contra el coronavirus se ha traducido, primero, en la segunda mayor tasa de mortalidad, con más de 600 fallecidos por cada millón de habitantes, y, después, en la segunda mayor recesión del planeta, con una caída del PIB superior al 22% interanual en el segundo trimestre.

 

Declive económico en el segundo trimestre de 2020 | Fuente: Our World in Data

Declive económico en el segundo trimestre de 2020 | Fuente: Our World in Data

 

 

Las consecuencias de este desastre son millones de empleos destruidos, cientos de miles de empresas quebradas y un agujero en las finanzas públicas insostenible a medio plazo. Tanto es así que el propio Gobierno admite ahora que no se recuperará el nivel previo de PIB hasta 2023, como mínimo.

Y eso, siempre y cuando todo vaya bien. PSOE y Podemos confían en que la lluvia de millones caída de Europa servirá para acelerar el crecimiento y evitar la quiebra, pero, a la vista de los planes que prepara Sánchez, ese dinero no salvará a España.

En primer lugar, porque esa financiación adicional no se puede destinar, en ningún caso, a cubrir déficit ni gasto corriente de la Administración, sino que irá ligada a la aprobación de proyectos de inversión concretos, en base a los criterios que marque Bruselas, de modo que no servirá para rescatar al Estado en caso de que estalle una nueva crisis de deuda.

Y, en segundo lugar, porque el Gobierno pretende despilfarrar esos fondos, dado que su Plan Nacional de Recuperación centrará toda su atención en cuatro objetivos básicos: transición digital, transición ecológica, igualdad de género y cohesión social. O, dicho de otro modo, más infraestructuras, subvenciones, renovables, feminismo y paguitas clientelares.

Tal y como está diseñado el fondo europeo y dada la intencionalidad expresada por Sánchez, España corre el riesgo de repetir el gran error del Plan E de José Luis Rodríguez Zapatero, solo que multiplicado por diez.

España no saldrá de esta histórica crisis tirando el dinero ajeno en inversiones innecesarias y proyectos inservibles, sino mediante más libertad económica, flexibilidad laboral y austeridad en las cuentas públicas, Todo lo que se aleje de estos tres postulados o bien no servirá de nada o, en el peor de los casos, agravará aún más la situación.