El deterioro económico de Navarra con Bildu
En la Comunidad foral de Navarra llevamos 6 años y medio con un Gobierno en manos del independentismo radical vasco, en manos de Euskalherria Bildu
Desgraciadamente, en la Comunidad foral de Navarra llevamos 6 años y medio con un Gobierno en manos del independentismo radical vasco, en manos de Euskalherria Bildu. La pasada legislatura estaba presidido por Uxue Barkos (Geroa Bai-PNV) y la actual por María Chivite (PSN), pero en ambos casos es Bildu quien tiene las llaves y quien está definiendo las principales políticas.
Y eso tiene un reflejo, no ya solo a nivel ético y moral de gobernar de la mano de quien no ha condenado aún los asesinatos de ETA y de quien sigue recibiendo como héroes a los asesinos, sino también en términos de desarrollo económico, prosperidad y empleo. Porque Bildu es sinónimo de subir impuestos, de alejar a las empresas, de ir contra el progreso. Bildu es imposición y falta de libertad.
Esa dependencia del independentismo radical vasco, unida a la visión cortoplacista del Partido Socialista de Navarra, a la actitud conformista de la presidenta Chivite, a su falta de liderazgo y a su seguidismo de las políticas de Pedro Sánchez está lastrando el presente y el futuro de Navarra.
Bildu es sinónimo de subir impuestos, de alejar a las empresas, de ir contra el progreso
El deterioro de Navarra en los últimos años es evidente. Vayamos en primer lugar a un indicador tan relevante como el empleo. Desde el inicio de la legislatura, Navarra es la comunidad que más empleo ha destruido: hay 8.500 empleos menos y 10.100 parados más. La última EPA publicada, correspondiente al tercer trimestre de 2021, nos coloca en la peor posición por tasa de paro de los últimos 20 años. Si lo comparamos con la media española, la diferencia a favor de Navarra que siempre ha existido en materia de empleo se está reduciendo a pasos agigantados.
Fijémonos ahora en la competitividad regional que, conforme con la definición que emplea la Unión Europea, se refiere a la capacidad de una región para ofrecer un entorno atractivo y sostenible para que las empresas y los habitantes de un país vivan y trabajen en ella.
Pues bien, entre 2016 y 2019 (las últimas ediciones del informe de Competitividad Regional de la Unión Europea), Navarra perdió 17 puestos hasta caer a la posición 165 sobre un total de 268 regiones. Este dato contrasta fuertemente con la posición de Navarra en el ranking de renta per cápita, donde somos la 62 de esas 268. En pocas palabras, nuestra competitividad es muy inferior a la que nos correspondería por renta per cápita.
Nos preocupa también que Navarra no esté siendo capaz de retener talento en la medida de lo esperado. Esa capacidad ha descendido 12,6 puntos en el año 2020 respecto al año anterior, según el último informe COTEC sobre el Mapa de Talento en España 2020.
En fiscalidad, Navarra ha dejado de ser atractiva para la inversión empresarial y está claro que, si no vienen empresas, no se genera empleo y se pierde talento. Y si no hay empleo, las desigualdades sociales se incrementan.
De acuerdo con el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal -publicado por la Fundación para el Avance de la Libertad-, hemos experimentado un claro retroceso, tanto en términos absolutos como relativos, pues ahora ocupamos el puesto decimocuarto entre los diecinueve territorios analizados, cuando hace 6 años nos correspondía la séptima posición. Por tanto, Navarra ha perdido en el citado Índice 7 puestos desde 2017.
Navarra ha dejado de ser atractiva para la inversión empresarial
Si atendemos a la inversión extranjera, el País Vasco ha recibido desde 2017 una inversión extranjera directa en una cuantía que multiplica casi por 12 a la que ha recibido Navarra -cuando País Vasco es 3,5 veces la economía navarra, pero no 12 veces. Por su parte, La Rioja en proporción a su PIB ha recibido, en este tipo de inversión, un 50% más que Navarra.
Más datos: desde enero hasta agosto de año 2021, las sociedades mercantiles constituidas en Navarra lo fueron con un capital de unos 38 millones de euros, en ese mismo periodo, en el País Vasco lo fueron con un capital superior a los 322 millones.
Durante 2021, Navarra ha perdido en facturación 25 veces más por las salidas de empresas de lo que ha ganado por las llegadas de empresas. Ha perdido 500 millones de euros.
Los lectores que no vivan en Navarra tal vez pensarán que, si los navarros pagamos ahora más impuestos, también estaremos recibiendo mejores servicios públicos. La respuesta es no. Por cuestión de espacio, me centraré solo en Sanidad.
Navarra siempre ha destacado por su sistema sanitario, referente para muchas regiones españolas. Pues bien, en esta legislatura se han registrado los peores datos de lista de espera en consulta, datos nunca antes conocidos. Vaya por delante que el impacto de la pandemia no los justifica, puesto que pandemia han tenido todas las comunidades y, sin embargo, Navarra, con el segundo mayor presupuesto en Salud del país, es la segunda Comunidad con mayor tasa de personas esperando una consulta y la cuarta con mayor tiempo de espera. A eso se suma la falta de médicos en muchas localidades y a la falta de atención presencial a los ciudadanos como necesitan y desean.
Por si fuera poco, al deterioro en empleo, competitividad, fiscalidad, atracción de talento, sanidad, políticas sociales o infraestructuras, se une algo tan importante y tan sagrado como el deterioro de la libertad de las familias para elegir el modelo educativo que quieren para sus hijos.
El Partido Socialista de Navarra está atado de pies y manos a Euskalherria Bildu
Lo peor de todo es que el Partido Socialista de Navarra está atado de pies y manos a Euskalherria Bildu y por tercer año consecutivo va a aprobar los presupuestos con ellos porque quiere, ya que podía haber aceptado la oferta que le hice le hice, tanto el año pasado como este, para aprobarle los presupuestos y mantenerla de presidenta hasta el final de la legislatura con la única condición de que no hubiera pacto con Bildu. Desgraciadamente, la presidenta María Chivite rechazó nuestra mano tendida.
Como nota final, y para que el lector entienda lo que está pasando en Navarra, el Parlamento foral está compuesto de 50 parlamentarios. Pues bien: Navarra Suma, coalición que lidera UPN y que conforma junto a Ciudadanos y PP tiene 20 parlamentarios, el 40%; le sigue el PSN, con 11; Geroa Bai, con 9; Bildu, con 7; Podemos, 2 e Izquierda Ezkerra, 1. Entre Navarra Suma y PSN podríamos tener una mayoría de 31 votos constitucionalistas para poder gobernar y hacer unas políticas sensatas, moderadas y alejadas del independentismo vasco. Pero el PSN lo rechazó. Y así está Navarra.