El declive de Prisa
El grupo madrileño Prisa, propietario de El País, la cadena SER y otros relevantes medios, lleva tres años contabilizando fuertes números rojos, por un valor conjunto de 750 millones de euros. En este escueto y frío dato se resume la gestión del presidente ejecutivo Juan Luis Cebrián.
Prisa vivió épocas de inusitado esplendor bajo la férula de su fundador Jesús Polanco, gracias a un pacto de hierro suscrito con Felipe González que le reportó grandes beneficios y jugosas concesiones administrativas. Pero el fallecimiento de este singular empresario señaló el final de sus tiempos de bonanza y el comienzo de su ocaso.
Hoy Prisa nada en un océano de quebrantos, sus empresas han despedido a centenares de empleados y ha perdido influencia a raudales. Desde el punto de vista de los accionistas, el último trienio es devastador, pues los títulos se han desplomado un 93%. Por cierto, en el mismo periodo, Cebrián y sus colegas del consejo de administración han cobrado casi 30 millones de euros.
Prisa está dirigida por el momento por Cebrián, pero en última instancia quien lleva la voz cantante es un tiburón de Wall Street, Nicolas Berggruen, que por medio de un fondo especulativo se hizo con el cupo principal del accionariado.