El CIS dice que no nos gustan no los marroquís ni los chinos

Debemos hacer un esfuerzo para conocer mejor a nuestros vecinos, no al otro lado de la frontera, si no los que viven en nuestro mismo rellano, muchos se llaman Alaoui y Wang

Desde que Tezanos se hizo cargo del CIS, él mismo ha estado siempre en el centro de la polémica, sus desviaciones son míticas y generan sonrojo. En las últimas 17 convocatorias electorales el CIS ha sobrevalorado en todas las ocasiones el resultado de la izquierda y también en el 100% de los casos ha infravalorado el voto real obtenido por Vox. Asimismo, en 14 ocasiones ha pronosticado para el PP un resultado inferior a la que finalmente obtuvo el partido de centro–derecha.

La causa de estas desviaciones, siempre en interés de quien nombra a Tezanos para el cargo, o sea, Pedro Sánchez, no es otro que influir en el voto de la gente. Las encuestas son, para quienes las siguen, una orientación del voto táctico, una motivación para salir de la abstención o meterse de lleno en ella. Las encuestas no son solo información, contribuyen a generar opinión, eso lo sabe Pedro Sánchez y para eso tiene a un fiel Rasputín que las manipula según el líder del PSOE y sus numerosos asesores creen que les conviene.

Pero quedarse en la superficie de los datos electorales del CIS, los que abren informativos y acaparan titulares, es una lástima porque las encuestas del CIS, que el lector puede descargarse gratuitamente de la página web de la desprestigiada institución, ofrecen mucha información sorprendente sobre que opinamos los españoles. En esta ocasión, por ejemplo, Tezanos preguntó qué ciudadanos de que países nos caen mejor a los españoles.

Lo primero que llama la atención es la lista de países elegidos para realizar la pregunta. Son once. Dos asiáticos: Japón y China. Uno americano: EE.UU. Uno africano: Marruecos y siete europeos: Francia, Alemania, Rusia, Ucrania, Italia, Reino Unido y Portugal.    

El presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Félix Tezanos. EFE/ Kiko Huesca

Desconozco el motivo por el cual a Tezanos le interesa nuestra opinión de un japonés, pero no de un mexicano, colombiano o dominicano con los que tenemos tanto en común en comparación con un ciudadano del país del sol naciente. Tampoco es comprensible porque se pregunta por Marruecos y no por Rumania, que es la comunidad de ciudadanos de la UE más numerosa que hay en España, pero más allá del capricho de Tezanos los resultados que arroja el CIS son interesantes.

Los portugueses son los más valorados por los españoles y les otorgamos una nota del 7,79. A estos les siguen los italianos con un 7,55 y el pódium lo completan los ucranianos con un 7,41. Este último dato es normal porque el sufrimiento ucraniano genera las simpatías de cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Por encima del 7 valoramos a alemanes (7,18) y a los franceses (7,08). Los japoneses son valorados por los españoles con un 6,92 y a los ingleses y los americanos les otorgamos la misma calificación, un 6,5. Finalmente las tres nacionalidades que nos generan mayor antipatía son, por este orden, los marroquíes a los que damos un 5,62, los chinos con un 5,6 y los rusos, los únicos que suspenden, con un 4,53.

Dejando de un lado la puntación que reciben los rusos, que ninguna culpa tienen del proceder enloquecido y brutal de Putin es muy llamativo que dos de las comunidades más asentadas en nuestro país, los chinos y los marroquíes, sean los que reciben peor calificación. Casi 800.000 marroquís y 200.000 chinos viven entre nosotros, sería bueno profundizar en conocerlos y darles una oportunidad dado que su futuro es el nuestro.

Francia, Alemania e Italia, por este orden son nuestros tres primeros clientes comerciales pero la palma de nuestros amores se lo lleva Portugal, que es nuestro cuarto comprador, este dato pone de manifiesto que repartimos nuestro querer no en baso a ningún dato objetivo sino de forma irracional. Del ranking queda claro que la forma de determinar los países por los que se pregunta es tan caprichosa y poco rigurosa como la intención de voto, pero también que debemos hacer un esfuerzo para conocer mejor a nuestros vecinos, no al otro lado de la frontera, si no los que viven en nuestro mismo rellano, muchos se llaman Alaoui y Wang.