El adoctrinamiento catalán

Cuando el Gobierno asuma que los afines al independentismo sólo piensan en su confort, se empezarán a arreglar las cosas

Uno de los mantras que están sobre la mesa de los independentistas es que en Cataluña no hay suficiente libertad de enseñanza. Dicho de otra manera, quieren esa competencia al 100% sin que nadie pueda vigilar qué y cómo se enseña.

Dicho de otra manera, quieren convertir la enseñanza en un gueto. Los alumnos catalanes estudiaran lo que el Govern diga, quiera e imponga. Esto ya pasa en muchas dictaduras y lo hemos vivido no hace mucho tiempo.

Y es que, para conseguir sus objetivos -hacer creer a todo el mundo que Cataluña es y siempre ha sido un estado independiente de España– hay que trabajar a los niños desde la cuna. Sino la mentira no se mantiene.

Cambiar la historia catalana

Este adoctrinamiento encubierto ya se lleva a cabo desde hace tiempo en Cataluña. Pondré un ejemplo. El año pasado mi hija estudió que los reyes de la Casa de Austria fueron “reyes de Castilla”.

En ningún sitio aparecía una porción de tierra llamada Cataluña y, en su defecto, Corona de Aragón. Sólo Castilla. Le hice rectificar el trabajo y puso “reyes de España”. Lo hice a sabiendas que suspendería el trabajo, como así ocurrió.

Teniendo en cuenta esto, no nos debe extrañar que al llegar al 1714 lo vendan como una pérdida de derechos. En ese momento si les interesa promover la figura de Felipe V como conquistador de Cataluña. Por culpa de él perdieron sus derechos, porque fueron conquistados por el enemigo.

El papel de la escuela, clave

Esta tergiversación de la historia, para poder defender una mentira, se basa en una serie de cuadernos escritos por Agustí Alcoberro. En su época buen historiador, que tuvo una epifanía y pasó al lado oscuro. Hasta no hace mucho fue presidente de la ANC.

Alcoberro ha hecho mucho daño a la educación de nuestros hijos por su empeño de reescribir una historia que nunca ha ocurrido. Piensan que con el adoctrinamiento ganaran y no saben que están perdiendo la batalla.

Se adoctrina a los niños, influyéndolos en aspectos que no pertenecen a su edad

Y este ejemplo histórico también se encuentra en otros aspectos de la educación. Sobre todo en el primer ciclo formativo. Tanto en los comedores, como en actividades escolares y extraescolares. Se adoctrina a los niños, influyéndolos en aspectos que no pertenecen a su edad.

Se les politiza. Se les explican historias siempre relacionadas con unas leyendas inexistentes, pero que sirven para que empiecen a tomar consciencia de lo explicado anteriormente. Esto es, “que Cataluña siempre ha sido una nación independiente de España”. A esto hemos de sumar las performance en las que participan los niños y niñas catalanes con actividades basadas en hacer lazos amarillos o encarcelarse.

Esto es un problema muy grave. No todo vale. No se puede conceder cualquier cosa a unas personas que sólo piensan en ellos, para calmar un conflicto social. Si lo reducimos todo a esto, nos equivocamos. Se equivoca ahora el PSOE y se equivocó el PP.

El egoísmo del político independentista

Estos personajes afines al independentismo sólo piensan en ellos, en su confort, en seguir viviendo. Ninguno de ellos cree en todo lo que dicen. Saben que es una utopía. Lo peor del caso es que conocen la realidad y saben que están mintiendo a la sociedad.

Les importa muy poco. Para ellos lo único importante es “vivir de la independencia”. Y este mantra lo estirarán tanto como puedan, porque hay muchas bocas que se están alimentando gracias a esto y si pierden el monopolio, ¿de qué vivirán?

El peligro está aquí y el Gobierno tiene que verlo. No les importa destrozar Cataluña mientras ellos puedan seguir viviendo. No les ha importado que se vayan empresas. Es más, afirman que es mentira. No les importa el turismo.

Los políticos independentistas no pretenden la independencia, sino seguir sacando tajada

No les importan las inversiones exteriores. No les importa de descapitalización. Lo único que está en su hoja de ruta es vivir de esto. Y dejarles en sus manos la educación es un grave error.

El problema de Cataluña sólo se solucionará cuando se comprenda que ellos no buscan la independencia. Estiran y aflojan la cuerda a su antojo. Que la independencia no es un fin. Que han visto en esto un modus vivendi.

Que se han metido en un jardín que no saben cómo salir. Que no quieren un referéndum legal porque saben que lo perderán. Que usa y viven de la trampa porque es su salvación. Cuando el Gobierno asuma y entienda todo esto, se empezaran a arreglar las cosas. Si no lo hacen eternizaremos un conflicto que no beneficia a nadie.

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