El ‘Abc’ y la Catalunya que pesa
Bieito Rubido, gallego y periodista listo, charló en el Círculo Ecuestre sobre el diario que dirige y sobre Catalunya. Lo hizo bien, sin leer una sola línea, con frescura oratoria y una claridad expositiva y de ideas envidiable. Valía la pena escucharle aunque sólo fuera por anécdotas como aquella en la que durante una visita a la Zarzuela el Rey le pidió que “cuidara” a los catalanes.
No engañó. Se reafirmó en los valores monárquicos, católicos y de liberalismo político del Abc. Sobre el periodismo y los medios de comunicación subrayó un perogrullo, que a la crisis global hay que sumar la transformación del sector. Luego sí que abundó en los problemas inmediatos que afrontar: la crisis de valores de la propia profesión, la nula rentabilidad de las empresas de comunicación y los cambios de uso en el consumo informativo.
Sobre Catalunya no tuvo dudas (“no vengo a quedar bien”, dijo): nada de catalanizar España como propuso Esperanza Aguirre en ese mismo foro (“hay personas que no se atreven a decir lo que piensan. Y si lo haces, te llaman fascista. Eso no es un modelo exportable”); vale ya de ver al rey desnudo y no decírselo (en referencia a los silencios cómplices de una parte de los catalanes); y, luego, no tuvo el más mínimo recato en recordar que lo que hacen a diario Mas, Junqueras y Homs es percibido al otro lado del Ebro como un llamamiento permanente a la confrontación.
Pidió el imperio de la razón frente a la Catalunya sentimental. Esa fue la única crítica que algunos nacionalistas presentes le hicieron en los pasillos: la política también nace de los sentimientos.
De Galicia a Madrid por la vía periodística, Bieito espera jubilarse, pagar sus impuestos y llevar su solidaridad a algún lugar del sur de España, según dijo. Es obvio que pese a sus elogios a la Catalunya del pasado, la Catalunya actual le pesa en lo político. Supuraba en sus palabras. Un sentimiento que ayer fue compartido por casi la totalidad de los asistentes.