El 4-M nos jugamos la libertad
Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Hacienda madrileño, argumenta en Economía Digital que la Comunidad siempre ha ido por delante en la lucha contra el coronavirus, a diferencia del Gobierno español, que ha actuado tarde y mal
Las elecciones a la Comunidad de Madrid del próximo 4 de mayo tienen una relevancia especial, tanto por el contexto en el que se celebran como por todo lo que significan a nivel político. Los madrileños se juegan mucho en estos comicios.
Para empezar, la continuidad de un exitoso modelo de crecimiento que ha convertido a nuestra región en el principal motor económico de España, con un peso del 19,3% del PIB nacional, al tiempo que disfruta de la mayor renta per cápita, un 36% superior a la media, manteniendo los impuestos más bajos del país. Pero, sobre todo, porque lo que está en juego, en última instancia, es la libertad.
El 4-M se enfrentan dos formas muy distintas de entender la política, la economía y hasta el propio estilo de vida. Y el modelo que defiende Isabel Díaz Ayuso no es otro que el de la libertad, la prosperidad y la eficacia en los servicios públicos. La crisis del coronavirus ha puesto a prueba al conjunto de las administraciones públicas, pero la gestión desempeñada por el Ejecutivo de PSOE y Podemos nada tiene que ver con la de la Comunidad de Madrid, cosechando, por tanto, resultados muy diferentes.
Madrid siempre ha ido por delante en la lucha contra el coronavirus, a diferencia del Gobierno de la Nación, que ha actuado tarde y mal. Fuimos los primeros en cerrar colegios y centros de día para frenar la extensión de los contagios en el arranque de la primera ola; pusimos en marcha el hospital de Ifema, alabado a nivel internacional, y, posteriormente, construimos en tiempo récord el hospital público Isabel Zendal, especializado en la atención a pacientes Covid, mejorando con ello el funcionamiento de la red sanitaria.
«La estrategia de la Comunidad de Madrid ha sido un éxito, demostrando que es posible combatir la enfermedad sin generar daños innecesarios a la economía»
También trajimos 24 aviones con 2.000 toneladas de material durante los peores momentos de la pandemia; y fuimos pioneros en repartir mascarillas FFP2 a la población, adquirir respiradores, apostar por los test de antígenos y realizar test en farmacias.
El Gobierno, por el contrario, hizo caso omiso a las señales de alarma que avanzaban la llegada de la pandemia; generó escasez de material cuando más se necesitaba mediante la centralización de compras por parte del Ministerio de Sanidad y la realización de confiscaciones arbitrarias; retrasó de forma injustificada e ilegal la reapertura gradual de Madrid tras el confinamiento, escudándose en un “comité de expertos” que no existía; cargó contra Ifema y el hospital Zendal, que salvan vidas; e intentó torpedear el uso de test de antígenos y mascarillas, entre otras muchas trabas y desprecios a los madrileños.
La estrategia de la Comunidad de Madrid contra el coronavirus ha sido un éxito, demostrando que es posible combatir la enfermedad sin generar daños innecesarios e irreversibles a la economía, ya que se ha actuado de forma quirúrgica sobre los municipios y las zonas básicas de salud con mayor incidencia acumulada, evitando así cierres masivos e indiscriminados de sectores tan importantes como el comercio y la hostelería.
Como resultado, Madrid es la región que mejor ha salido del confinamiento y la que más rápido se está recuperando de la crisis económica. En el segundo semestre de 2020, tras finalizar el fracasado mando único de Sánchez, fuimos la segunda comunidad con el dato de contagios más bajo de España, la región donde menos crecieron las hospitalizaciones y con una tasa de mortalidad asociada al Covid inferior al promedio nacional.
«Madrid lidera la creación de empleo efectivo desde septiembre, con más de 100.000 nuevos puestos de trabajo, contando a los que salen de algún ERTE»
Y, además, la economía regional creció a un ritmo del 4,4% en el último trimestre del pasado año, diez veces más que el PIB nacional, mientras que Madrid lidera la creación de empleo efectivo desde septiembre, con más de 100.000 nuevos puestos de trabajo, contando a los que salen de algún ERTE. Tampoco es casualidad que Madrid lidere la atracción de inversión extranjera en 2020, concentrando el 75% del total nacional, o que sea una de las regiones donde menos han sufrido las ventas del comercio minorista.
Mención aparte merece la hostelería, denostada y castigada por las restricciones de la izquierda, pese a que son lugares seguros y su cierre no garantiza, en ningún caso, una menor incidencia de contagios. Y todo ello sin olvidar que la promesa de ayudas a empresas y autónomos de Sánchez sigue sin materializarse, siendo España el país del euro que menos recursos ha destinado a apoyar a los sectores más afectados por la pandemia.
«Madrid es una región acogedora y abierta, tierra de oportunidades para trabajar y prosperar, y donde la gente quiere vivir en libertad, sin que ningún político tenga que decidir por él»
Pero si algo nos jugamos el 4-M, más allá de una buena labor de gestión económica y sanitaria en uno de los momentos más difíciles de nuestra historia, es la libertad. Madrid es una región acogedora y abierta, una tierra de oportunidades para trabajar y prosperar, y donde la gente quiere vivir en libertad, sin que ningún político tenga que decidir por él, donde cada uno es dueño de su vida y donde se respeta la propiedad, el Estado de Derecho, la unidad de España y la voluntad de los demás. Valores, todos ellos, incompatibles con el modelo de sociedad que quieren imponer Sánchez y su socio Pablo Iglesias.
* Este artículo forma parte del último número de la revista mEDium: “La irrupción del nuevo poder autonómico”, que puedes consultar y comprar online a través de nuestro portal: https://libros.economiadigital.es/libros/libros-publicados/medium-7/