Dripping político
Lo que se sustanció el otro día en el Parlamento es que los colores lanzados en el hemiciclo alcanzaron más a los pintores, que se mancharon, que a la propia tela
El dripping político se basa en la técnica pictórica del chorreo y goteo de pintura sobre una tela. La action painting del pintor norteamericano Jakson Pollock se basa en esta técnica produciendo una obra que, bajo la apariencia de haber sido hecha por el impulso, la improvisación y el azar, consigue mostrar un universo coherente para el espectador.
Lo acontecido en el pasado jueves en el Congreso de Diputados se acerca mucho a la técnica del dripping, lanzando sobre la tela de la política española todo tipo de colores creando una obra cercana al expresionismo abstracto: errores en el recuento de votos, rectificación de los resultados, diputados de UPN rompiendo la disciplina de su partidos y el voto equivocado de un diputado del PP que resultó determinante.
La secuencia de improvisación y azar que debería conducir a una obra ilegible se transformó en una obra nítida y clara. La obra ha resultado nítida y clara porque se ha conseguido la aprobación de la reforma laboral, condicionante necesario para que la Unión Europea facilitara los 70.000 millones de euros para modernizar la economía española.
Del mismo modo que Pollock sabía que su chorreo de pintura acabaría dando como resultado una obra coherente, la votación a la que asistimos fue una sucesión de hechos aparentemente aleatorios que derivaron al resultado que todo el mundo sabía que iba a darse, incluyendo al PP. Ninguna fuerza política, incluso ERC y Bildu, esperaban otro resultado posible que no fuera la aprobación de la reforma.
Lo que se sustanció el otro día en el Parlamento es que los colores lanzados en el hemiciclo alcanzaron más a los pintores, que se mancharon, que a la propia tela. Asistimos a una representación que, siendo diseñada para que fuera aprobada la reforma la laboral, acabó manchando a una gran mayoría de diputados hasta el extremo de que algunos de ellos tardarán muchos años en eliminar los sucios pigmentos de sus ropas.
En el Congreso de Diputados presenciamos en directo lo que suele producirse en los ateliers o estudios de los partidos políticos. Los ciudadanos vieron primero lo que sucedía y luego empezaron a mirar y a tomar conciencia de que lo que estaban presenciando no era un cúmulo de errores arbitrarios sino una mala ejecución de dripping político. Lo relevante es que la obra pictórica llevará por título, como hacía Pollock que solo ponía números y no títulos a sus obras, la cifra de 70.000 millones de euros a fondo perdido.
Lee Krasner, la esposa de Pollock, explicaba sobre la tendencia del artista a numerar las obras: “Solía darle nombres convencionales a sus pinturas…pero ahora tan solo las numera. Los números son neutrales. Hacen que las personas vean a la pintura por lo que es, pintura pura”. Eso es lo que vimos en el Congreso de Diputados: lo que es, política pura.