Donde hay confianza, hay alegría…

De la encuesta periódica que realiza el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) destaca en esta ocasión el dato de la confianza de los consumidores. Ya saben, el eterno debate sobre el estado del vaso: o medio vacío, o medio lleno.

Pero sin querer sacralizar ningún brote, sea cual sea su color, lo cierto es que algunos pequeños cambios de tendencia parecen advertirse en los indicadores macroeconómicos. Este que mide la confianza de la población en su consumo futuro es una buena señal, entre otras razones porque se está situando ya en criterios anteriores a los de la crisis.

 
Los españoles con empleo pueden haber retirado el freno de mano de sus decisiones microeconómicas

Dicho de otra manera, los españoles con empleo pueden haber comenzado a retirar el freno de mano de sus decisiones microeconómicas. Esa pérdida del miedo es, por tanto, una noticia agradable y de futuro.

Ya saben que la economía tiene dos dimensiones claras: una medible y objetivable; otra, subjetiva, propia de las percepciones. Si la confianza progresa, el consumo privado puede estar a punto de repuntar algo. Eso, aunque sea menor, es una alegría.