Del no a la abstención, las dos fechas claves
Comprobados una vez más el aislacionismo y la consistencia de la burbuja en que vive la mayoría de nuestros políticos con motivo del fracasado debate de investidura, pocas cosas quedan a las que agarrarse para no pensar en que estamos abocados a unas irremediables terceras elecciones, de incierto resultado y consecuencias para los ciudadanos españoles.
Y como, con la excepción quizá de Miquel Iceta y Francina Armengol, pocos creen que Pedro Sánchez pueda construir una alternativa juntando a C’s con Podemos y aceptando el referéndum que proponen la ex CDC y los hombres de ERC para sumarles a esa «coalición Frankestein», como la definiría Alfredo Pérez Rubalcaba, sólo queda pensar en qué pudiera trucar el «no» socialista por una abstención que sacara al país del impasse antes de ser empujado a una nueva cita con las urnas.
Apunten en este sentido dos fechas, dos momentos decisivos de septiembre, que a falta de otras circunstancias se han convertido en dos puntos clave que pueden alterar el rumbo de las cosas: el 25 y el 28 de septiembre.
Elecciones gallegas y vascas
El 25S es la fecha de las elecciones gallegas y vascas. El 28, la de la moción de confianza presentada por el presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont. En el primer caso, será mucho más determinante el resultado en Galicia que el que pueda producirse en Euskadi.
Si el actual presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, perdiera la mayoría absoluta de que disfruta, En Marea, PSG y BNG probablemente no tardarían ni un minuto en ponerse de acuerdo y firmar un nuevo tripartito.
Si se diera esta situación, Sánchez estaría tentado de presentar la derrota del PP en Galicia como un éxito de la erosión de Mariano Rajoy causada por su estrategia de estos meses. Un resultado así, sin duda, daría alas al equipo de Sánchez y por, el contrario, sembraría las dudas en el de Rajoy.
En caso contrario, si el dirigente popular mantuviera su cómoda mayoría y los socialistas tuvieran un pobre resultado –lo que no es desdeñable-, el efecto sobre Ferraz sería demoledor y la impaciencia de los barones incontenible.
Un Comité Federal en el que se le buscara una salida a Sánchez es fácilmente imaginable. En consecuencia, el PSOE preferiría un cambio de posición ante la opinión pública que arriesgarse a unas terceras elecciones con un histórico reciente de derrotas alarmante.
La moción de confianza de Puigdemont
La otra fecha crucial del próximo calendario es el 28S. Ese día, Puigdemont se someterá a una moción de confianza en el parlamento catalán.
A día de hoy sólo hay previstas dos salidas: que la gane con el apoyo de la CUP y ello implica una hoja de ruta con un referéndum unilateral muy claramente fijado en el horizonte, o que la pierda y surjan unas nuevas elecciones autonómicas en las que, con lo que sabemos en estos momentos, se disputarían el liderazgo ERC y el partido que nacerá bajo el manto de Ada Colau.
Si de esa cita parlamentaria nace una hoja de ruta con un compromiso firme de ruptura y una fecha más o menos explícita para un referéndum unilateral de independencia, será muy difícil a Sánchez mantener el «no» como bandera que conduzca a unas terceras elecciones generales.