De Banca Catalana, al banquillo
El que fuera presidente de la Generalitat durante décadas, su mujer y varios de sus hijos se sentarán hoy en el banquillo. El 26 de julio de 2014, el número dos de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Josep Rull, dijo lo siguiente: «Pujol debe comparecer, naturalmente, ante la justicia». Era un día después de que Jordi Pujol hiciera público un comunicado con el que confesaba tener dinero oculto en Andorra que jamás había tributado al fisco español. Todo parecía obvio: el que la hace la paga, incluso en su propio partido.
Aquella nota pública del día del Apóstol Santiago fue el decantador de un escándalo de proporciones siderales que todavía hoy no ha sido sustanciado en toda su magnitud. Vamos, que aún no lo sabemos todo: de dónde viene el dinero, cómo se obtuvo, si son ciertas las declaraciones del anciano dirigente político, o quiénes se beneficiaron de esas correrías fiscales amén de una serie de preguntas que requieren aclaración.
Martell y Carrillo quieren proteger a su cliente y están en su derecho, pero los ciudadanos queremos esclarecer qué pasó
Se desconoce si Pujol, Marta Ferrusola y varios hijos del matrimonio querrán colaborar con la juez que instruye el caso. De momento, la vocación no está clara. Así se desprende de sus maniobras andorranas, donde el hábil Cristóbal Martell y su otro abogado Albert Carrillo han bloqueado cualquier movimiento que facilitara esclarecer las principales dudas del caso.
Ellos quieren proteger a su cliente y están en su derecho. Pero los ciudadanos queremos saber qué pasó durante tantos años. ¿Sólo hablamos de un delito fiscal o existen otras variantes? ¿El enriquecimiento súbito de la práctica totalidad de los hijos del matrimonio responde a sus capacidades y no a actuaciones al margen de lo legal? ¿Han engañado los Pujol, como clan, a sus votantes durante años?
Nos asiste el derecho a conocer hasta el mínimo detalle de lo que rodea el asunto; a ellos, la posibilidad legal de no declarar ante la magistrada. Hasta ahora, el silencio cómplice les ha acompañado durante décadas, las mismas durante las que han defraudado al conjunto de la ciudadanía. No sería, por tanto ninguna novedad.
Sea por puro morbo o por necesidad democrática, la ciudadanía que no se ha bebido aún el nacionalismo como elixir disuasorio exige saber qué ha hecho Pujol como gestor de su patrimonio familiar desde el caso Banca Catalana hasta hoy. Que el antiguo banquero pase por el banquillo es una imagen necesaria para regenerar la vida política del país.