Curtidos Colomer, una sombra de lo que fue
El grupo curtidor Colomer, de Vic, prosigue su particular vía crucis. Un decenio atrás, lideraba el mercado mundial de las pieles. Pero la competencia de otros fabricantes, en particular los coreanos, truncó la trayectoria y hundió las expectativas.
Desde entonces, Colomer no ha hecho otra cosa que acometer una reestructuración tras otra: cerró fábricas, liquidó varias filiales nacionales y extranjeras, y despidió al grueso de la plantilla. Colomer está controlada por los empresarios Pedro Olabarría Delclaux y Carles Sumarroca Coixet. La familia fundadora mantiene un puesto de los seis que tiene el consejo de administración, a cargo de Marisa Colomer Guanyabens.
La empresa domina ocho compañías curtidoras y comerciales, dos de ellas situadas en Reino Unido y Japón. Pero un año más, en 2012 ha vuelto a cerrar sus estados contables consolidados con déficit, cifrado en 161.000 euros, frente a los 117.000, asimismo negativos, en el periodo anterior. Como consecuencia de los abultados números rojos contabilizados desde 1998, Colomer tiene más de 42 millones en bases imponibles negativas pendientes de compensar en ejercicios futuros.
El pasado año, las ventas volvieron a bajar y pasaron de 36 a 32 millones, de las cuales únicamente el 8% correspondieron al mercado interior y el resto a la exportación.
Este año, Colomer ha visto como un juzgado de lo social embargaba algunos saldos bancarios y otros activos para responder de una deuda pendiente con los trabajadores despedidos y prejubilados.