El currículo oculto en la educación primaria en Cataluña
El informe de AMES revela que la educación en Cataluña se adhiere al concepto de ‘nacionalismo banal’ y tergiversan diversos sucesos históricos
Prietas las filas, el nacionalismo catalán arremete sin piedad contra el informe de AMES titulado Adoctrinamiento ideológico partidista en los libros de texto de Cataluña, de la materia “Conocimiento del medio” (Geografía e Historia, Ciencias Sociales) de 5º y 6º de Primaria, del curso 2016/2017.
Sin embargo, el mencionado informe brinda un ejemplo –ahí reside el mérito y la utilidad del documento- de la extensión del llamado “nacionalismo banal” en la Cataluña nacionalista de nuestros días.
Fue el psicólogo social y politólogo británico Michael Billig quien definió el concepto. El nacionalismo banal está formado por el conjunto de “hábitos ideológicos” que hacen que la nación sea “indicada, o marcada, en las vidas de sus ciudadanos” (Nacionalismo banal, 1995). El nacionalismo banal o el nacionalismo de la vida cotidiana que aparece aquí y allá, por todas partes y en cualquier circunstancia, y marca, por así decirlo, un territorio propio y distinto. Esto es, el territorio de la nación.
En Cataluña, el nacionalismo banal –cotidiano, familiar, rutinario, difuso- se percibe en la lengua, la rotulación callejera, la información meteorológica y no meteorológica, los símbolos, la música, el deporte y un largo etcétera. Y en la educación. Y en los libros de texto de Primaria. Y ahí toma la palabra el informe de AMES.
El informe AMES constata que se enseña que Cataluña es una nación y España un Estado, y que España no trata a Cataluña como debiera
Dicho informe constata -negro sobre blanco- que Cataluña es una nación y España un Estado, que España no trata a Cataluña como debiera, que Cataluña ya existía en la época romana, que el llamado Reino de Aragón es en realidad la corona catalanoaragonesa. Y, puestos a detallar, los libros de texto tergiversan la Guerra del Segadors, se olvidan del comportamiento poco edificante de la oligarquía catalana durante la Guerra de Sucesión, así como de un Lluís Companys que protagonizó un golpe de Estado también poco edificante. Y muchas cosas más –lengua, símbolos, cultura, división administrativa del territorio, mapas- que ustedes encontraran en el mencionado estudio.
En suma, los libros de texto analizados son la expresión de un nacionalismo banal catalán, omnipresente en el aula, que orienta y dirige la percepción de la realidad del alumnado recordándoles, constantemente –“indica” o “marca”, dice Michael Billig-, la pertenencia a una nación y no a otra. El subconsciente asume –ahí radica el objetivo del nacionalismo banal- que el ciudadano catalán lo es de la nación catalana y no de la nación española.
En la escuela catalana, el nacionalismo banal aparece en forma de currículo oculto. El currículo oculto o aquellos contenidos que no aparecen explícitamente señalados en el programa de la materia. Pero que el libro de texto –en su caso, también el profesorado- incorpora de forma implícita. Latente. Al respecto, se podría hablar de la presencia de una ausencia. En este sentido, el informe de AMES, con sus comentarios ad hoc, explicita lo implícito.
El currículo oculto busca el adoctrinamiento de los alumnos
El currículo oculto, como señala Miguel Ángel Santos Guerra (Currículum oculto y aprendizaje en valores, 2012), es subrepticio, omnipresente, omnímodo y reiterativo. Objetivo: el adoctrinamiento de los alumnos. Un currículo oculto no evaluado y difícilmente evaluable, porque no es fácil reparar en los efectos que, a corto y largo plazo, produce. Ni las repercusiones que tiene a lo largo del tiempo una vez superada la etapa escolar. ¿Habrá alguna relación entre el currículo oculto del nacionalismo catalán y el “proceso”?
El catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Málaga concluye: “el currículum oculto es de una eficacia poderosa ya que el individuo no es consciente de su influencia, no somete a revisión crítica ese influjo y hace que no se pueda defender fácilmente de sus perversiones”. Dicho queda.