Cuidado Cospe, estabas advertida
Malos días está pasando María Dolores de Cospedal. Muy malos. Pero no es por la novedad. Advertida estaba de lo que se avecinaba. La pérdida de Castilla-La Mancha. Ella ya lo sabía. Al menos lo intuía. Y como consecuencia los enemigos de Génova 13 irían directos a por su yugular. Lo sabías, Cospe.
Desde que Cospedal accedió a la Secretaría General del Partido Popular, allá por el 2008, de la mano del presidente Mariano Rajoy, han sido muchas las navajas desenfundadas esperando el momento. Y el momento ha llegado.
El prólogo fue con las aventuras de Bárcenas. Su expulsión en diferido marcó el momento de arrancar. A por ella. A reguardo había estado en la planta séptima de Génova. Se hizo respetar. Palo y dureza. Por eso le tienen ganas. Muchas ganas. Cogió el problema de la expulsión de Bárcenas en solitario. Sola. Nadie le echó una mano. Fue «en diferido», pero le expulsó. Y lágrimas le costó. Por la soledad.
Ganó en 2011 las elecciones de Castilla-La Mancha. Pero no dejó la Secretaría del partido. Bien o mal. Hay de todo. Hubo incompatibilidad. Es igual. Ella siguió. No se vio muy bien en Génova. Tampoco en Castilla-La Mancha. Mariano, como siempre, pasó de opinar. Quedó marcada. Y con el candidato a las elecciones andaluzas empezó su declive. Estabas advertida, Cospe. Y apareció la rivalidad con Soraya de Castilla. Empezó la decadencia.
Desde La Mancha también le llovieron las críticas. Poca dedicación. Algunos opinan que se ha cargado la sanidad. También la educación. Dio un golpe de Estado autonómico al cambiar la ley electoral. Dos veces. Y, aun así, ha perdido. Se lo ha ganado a pulso. Dicen que ha sido un desastre. Que Castilla-La Mancha es un manchón. Toda La Mancha un barbecho. No deja buen recuerdo.
Y, para adornarlo, ha perdido. Se ha parado el ascensor. Ya no sube. Habrá que salir a la calle. Ella lo suponía, o intuía. Por lo mismo se ha comprado casa, un casoplón. En la calle Diego de León, barrio de Salamanca de Madrid. Zona noble. Dicen que tiene 300 metros cuadrados y ya lleva dos meses en obras. Mucha pasta. Mucha, para el sueldo de presidenta de autonomía. Y los vecinos cabreados. Visitas, policía, inhibidores de frecuencia. No ha caído muy bien. Tú no eres de este barrio, como la Botella. Desengáñate.
Hasta aquí hemos llegado, Cospe. Tus amigos ya no lo son. ¿Arenas? Te abre en canal y no ha estado allí. Ya lo conoces. ¿Soraya? Mejor no hablar. ¿Quién te queda en Génova? Nadie. Ni Floriano, ni González Pons, ni Mariano. Eso es lo triste. Ni Mariano, por el que has dado la cara y el cuerpo. Así es la política. Así se consuman las traiciones. Adiós al palacio de Fuensalida. Adiós a Génova. Adiós Cospe. Estabas advertida.