Cuatro interrogantes de verano
Por diversas razones hasta ahora no he podido hacer vacaciones en familia. La falta de obligaciones me permite, ahora sí, poner en blanco y negro cuatro reflexiones que no puedo atribuirme personalmente y que espero que os interesen.
Contradicciones humanas
Veranear estimula mi curiosidad. Me fijo mucho más en la gente que me rodea, con el deseo secreto de descubrir las cómicas contradicciones en las que entramos los grupos humanos. Hace unos días, en un pueblo de la Cerdanya escuché a unos contertulios que hablaban de que no estaban dispuestos a llevar ropa de determinadas marcas porque nadie les garantizaba que no estuviera fabricada por niños de Sri Lanka o Pakistán en condiciones próximas a la esclavitud.
Pero, sólo habían pasado unos minutos, y ya se habían bajado la última actualización del sistema operativo iOS7, mientras tecleaban todos con sus iPhone 5. Se trata de un aparato fabricado en China por Foxcom, una empresa que trata tan bien a sus empleados que estos se suicidan a docenas. Pero seguro que a vosotros y a mi, amigos lectores, no nos pasan estas contradicciones, ¿verdad?
La confesión de Pujol
Tras la sorpresa inicial, veo a mucha gente –más gente de la que pensaba– morder la mano de la que ha comido toda tu vida porque descubre que ésta se había embrutecido.
Intuyo que con Pujol pasará como con los demócratas de toda la vida, que lo eran incluso durante el franquismo. Ahora, los Pujol Ferrusola han pasado de estar en las agendas de todos aquellos que eran alguien en el Ripollès, la Cerdanya o el Empordà a la inopia. Ocultar dinero en el extranjero y otras trampas a Hacienda lo ha hecho y lo hace tanta y tanta gente que sorprende esta doble moral para descalificar al ex president.
En el país de los ciegos el tuerto es el rey, pero nosotros nos hacemos los ofendidos porque Pujol ha confesado que no ve de un ojo. Os recuerdo que uno de cada cinco catalanes defrauda todo lo que gana a Hacienda, o que un 22% de la economía catalana se oculta al fisco.
No tengo a Pujol por un bobo o por un inconsciente, sino más bien por un pícaro. Creo que la carta del 25 de julio está hecha con más conciencia y menos improvisación de lo que parece y que el final de esta partida contra las instituciones y poderes que le acosan sólo ha dado un giro. Y como decía la actriz Mae West: «Cuando me retiro, sólo es para coger más impulso». ¿Volvemos a hablar de aquí a un año?
El ébola y el misionero Pajares
La repatriación de Miguel Pajares, religioso toledano repatriado desde Liberia para intentar tratarlo de ébola, ha sido una buena operación de imagen para el gobierno español. Desde el punto de vista político, la jugada era magnífica. Si se salvaba, habría parecido que lo hacía el Gobierno. Si se moría, éste quedaba que había hecho todos los esfuerzos para evitarlo.
Estadísticamente hablando, su traslado con dos aviones medicalizados y la posterior evacuación de un hospital entero para atenderle, como era de esperar, no han servido de nada.
Las probabilidades de supervivencia aquí no han aumentado gracias al traslado (incluso podrían haber disminuido por el cansancio del viaje para un hombre de 75 años y afectado por el tifus). Sanitariamente, ha sido una temeridad porque ha puesto en riesgo la población española. Económicamente, es un gasto importante (más de 200.000 euros) que nadie sabe quién debe asumirlo … ¿Nosotros? ¿La familia? ¿O la ONG que lo envió?
Apunte final
En la mesa de al lado, escuché a un médico opinando sobre el ébola y pidiendo a los defensores de la medicina homeopática que propongan un tratamiento efectivo a base de Nux Vomica. ¡Intuyo que el médico no es muy partidario!