Cuatro deseos para 2014

Es cierto, podrían ser más, pero son tiempos de austeridad. Además, como dice el refrán, contra el vicio de pedir, hay la virtud de no dar. Así que seamos sosegados:

1. Qué bien nos vendría un año en el que el consumo privado comenzase a remontar. Si la demanda se estimula en el ámbito privado, la economía empezará a tomar aire. El crédito es indispensable y la banca tiene la obligación de iniciar su movimiento. No vale decir que no hay demanda solvente después de pasarse 15 años prestando sin tener en consideración la mayoría de los riesgos existentes en el mercado presente y futuro. La banca, que preste. Si no lo hace, el corazón de la economía no bombeará y la inversión y el consumo continuarán en mínimos.

2. Regeneración política. Hastiados como estamos de la corrupción, el ninguneo de la democracia representativa, el poder de la partitocracia y la indiferencia de las clases dirigentes (élites extractivas, como se las conoce ahora), valdría la pena algún avance en ese sentido. Más transparencia en partidos, sindicatos, patronales, instituciones públicas, hasta comunidades de vecinos. Si no tenemos clara la necesidad de realizar un cambio cultural en ese ámbito no podremos quejarnos después del fraude fiscal y la incapacidad para modernizar la sociedad española.

 
En Catalunya sería deseable que regresara a la vida pública el diálogo

3. En Catalunya sería deseable que regresara a la vida pública el diálogo, como simbología clara del posibilismo de una sociedad poco acostumbrada a vivir en la tensión política actual. Un diálogo que permitiera coser las fracturas que ya se han producido, que permitiera encauzar todos los anhelos democráticos y, al final, que garantizara una convivencia necesaria a la par que se recuperan los liderazgos económicos, culturales y sociales que esta tierra ha ejercido durante no pocos años.

4. Para que todo eso sea posible, una miaja de buena voluntad en las gentes. Menos envidia, celos, violencia… más respeto, tolerancia, educación y colaboración con el prójimo. El regreso de algunos valores a nuestras vidas serían el mejor y más auténtico antídoto para afrontar este 2014, en pleno siglo XXI, lleno de interrogantes.

Para conseguirlo mudo la ironía habital de esta Zona Franca, al menos una vez al año. Los cuatro deseos tiene carácter y vocación colectiva, pero hay uno para ustedes: que nos sigan leyendo el próximo año y que juntos podamos seguir contándolo, como una muestra de que nuestro pulso vital común sigue activo.

Feliz año.