Cuatrecasas y la confianza en la justicia
El prestigioso abogado Emilio Cuatrecasas ultima un pacto con la justicia en el proceso que la Fiscalía de Delitos Económicos abrió contra él por nueve delitos tributarios. Lo revela este medio hoy y es difícil que lo lean en otros. El popular letrado es el principal accionista del bufete que lleva su nombre. Se apartó de las tareas ejecutivas cuando saltó su caso a la prensa y dejó en el cargo a Rafael Fontana, quien actuaba primero como consejero delegado y desde hace apenas un año como presidente de la compañía.
A Cuatrecasas le pasó que le cogieron con el carrito del helado. Dicho más eufemísticamente: al hombre que durante años diseñó la arquitectura de optimización fiscal de empresarios catalanes y madrileños le acabaron cogiendo con prácticas irregulares que le supondrán el pago de una multa millonaria y la aceptación de una culpabilidad que derive en una de esas condenas que impiden la entrada en prisión.
¿Qué hizo Don Emilio? Nada que no hubiera urdido para algunos de los nobles clientes que visitaban su despacho: desgravarse el barco, la primera y demás vivienda, pasar como gastos empresariales algunos de carácter personal y así un largo etcétera. No será ni el primero ni el único al que Hacienda ha hecho doblegar la rodilla. Antes les pasó al matrimonio Torreblanca-Godia, por ejemplo.
Su fortuna acumulada como asesor jurídico podrá resistir la millonaria sanción que su defensa, la Fiscalía de Delitos Económicos y Hacienda pacten. Más o menos, entre cinco y seis millones de euros. En este caso no importa el dinero, sino la contradicción ética que representará para uno de los prohombres de la ciudad que haya sido condenado por malas prácticas. Imaginemos que fuera un cirujano al que la justicia empura por razones equivalentes ¿quién iba a querer operarse con él?
Pero hay más: la defensa de su bufete tampoco ha sido capaz de ganarle el pulso a Hacienda y a la Fiscalía. Y ellos sí que seguirán ganándose la vida con esa actividad. La reputación corporativa del bufete parece obvio que no gana ningún entero con su patrón condenado y admitiendo que fue un delincuente tributario.
En cualquier caso, y ahora que empieza la campaña de la renta de 2014 (además sin que sirva de precedente), deberíamos felicitarnos por la actuación de Hacienda y del Ministerio Público. Algunos dirán que a Cuatrecasas lo pasan a cuchillo por catalán o que las inspecciones sólo se hacen en Barcelona. Pregunten a los Carceller o a las empresas de Florentino Pérez si eso es así o sólo constituye una coartada de mal pagador. En este caso, mal pagador y mal ejemplo para la sociedad.