¿Cuándo ganan los ciudadanos?

Ya se ha votado. Punto y final a esta temporada absurda y panfletaria. Volvamos a la realidad. No. Antes hay que contar. Ahora viene lo bueno. Números y cada uno a su sitio. Lo diga el Espíritu Santo o Santa Rita, que lo mismo manda más. Se han cerrado los colegios electorales. Mientras cuentan, sin saber el resultado final, ya están todos los partidos lanzando mensajes de que hemos ganado. «Hemos ganado», predican todos, al menos los antiguos, en las pantallas televisivas. Milagro. Pero todos ganan.

¿Y los ciudadanos? ¿Cuándo ganan los ciudadanos? En estos 28 años que llevamos votando, nunca. Vota blanco, vota negro; vota azul, vota rojo. Siempre ocurrió lo mismo. Palo. Palo a su cartera. Además de otros palos. Cada año, cada regidor, cada gobierno que llegó al poder hizo lo mismo: subió los impuestos, de la clase que sean, al votante sumiso. A pagar. La campaña y los sueldos venideros. Las tomas de posesión y lo que me llevo. Pagar y pagar.

En estas elecciones hay más preocupación. ¿Cuál? Llega gente nueva y nos va a controlar el carro. El trigo es el mismo, pero habrá que repartir entre más. ¡Oh, Señor! En eso no había pensado. Y además quieren controlar la cosecha y dirigir los bueyes. ¡Muy espabilados estos chicos! Como ahora todos estudian… A lo que hemos llegado. Se acabó el vivir del escaño aunque fuera en la oposición. Algunos han hecho de la oposición su profesión. Se acabó. A casa. A tu profesión, si la tienes, que muchos no la tienen. Pues, ¡malo! Así va a subir el paro. Y eso no le gusta nada a Rajoy. Casi seguro, compañero.

La aritmética dirá. Los números ya empiezan a cantar. Sólo tendrán silla los primeros de la lista. ¡Uf! Con los que somos. Y tantos años en la silla municipal y autonómica, aunque en la oposición, ¿no sirve para nada? Parece que no, compañero. Ha terminado. Ahora, o se gana o a casa. Pero tranquilidad. Han ganado todos, o eso dicen. ¿Y los ciudadanos? ¡Ah! Ese es otro capítulo.