Cristina, presidenta de Madrid

Lo ha conseguido. Por fin. Cristina Cifuentes ya es presidenta de Madrid. La chica que pusieron casi de adorno. De complemento. Como iba a ganar la Espe… Pues no. Ganó Cristina Cifuentes. Y ya preside Madrid. Con pactos. Con concesiones. Con «humildad». Con nueva visión de la política. Y «para todos» los ciudadanos. Ahí está el milagro.

Va a gobernar para todos los ciudadanos, no solo para sus amigos de Gürtel y Púnicas como hicieron Esperanza Aguirre, la del ‘tamayazo’ nunca explicado e Ignacio González, el del ático en Marbella regalo del cielo. 

En su discurso ya marcó distancias con sus predecesores. Es «un tiempo nuevo en política». Avanzamos. Hay dudas sobre que Aguirre y González lo entendieran. «Hay cosas que no se estaban haciendo bien», matizó casi dirigiéndose a González. Pero nada. No se dio por enterado. «Política y corrupción no pueden ir de la mano» como han ido Esperanza y González. 

Así que Cifuentes, manos a la obra. Auditorías externas de los años de Aguirre y González, fuera aforados, fuera de cargos el imputado por corrupción, dos únicos mandatos y primarias. Y los corruptos, los que se han llevado pasta gansa que la devuelvan. Castigo y devolución. O esto será más de lo mismo. Que elimines el Consejo Consultivo ya es un punto. Los retiros dorados con sueldos astronómicos por no hacer nada son cosa del pasado siglo. Se vive del trabajo no de cargos del pasado.

Nos queda educación y sanidad. Ahí te quiero ver Cristinita. Y el agua. ¡El agua, presidenta Cifuentes! Estaremos atentos. Si estos tres apartados, más el paro, los resuelves bien, te llevarán los madrileños  en procesión hasta la Moncloa. Interesante, ¿no? Ni te lo habías planteado. Todo a su tiempo.

Sobrevuelan dudas sobre su nombramiento. Porque hay que saber si su nuevo talante se debe a su convencimiento de que esto es lo que hay que hacer o es impuesto por el partido de Albert. Por un lado, Albert decidirá sin gobernar y por otro Cristina tiene en su lista a una rémora de personajes impuestos por Aguirre. Y a estos se la trae al pairo los acuerdos entre Cristina y Albert. Esperemos que no sólo cambien las formas, sino también los contenidos. Dispuesta a cumplir 76 compromisos. Parecen muchos. Atentos.