Cospedal quiere resucitar

¿Y adónde ha ido a celebrarlo? Al Campus FAES. Se resiste a desaparecer. Ha muerto en Castilla-La Mancha, autonomía que ha dejado como un cementerio. Pero sin lápidas de mármol, porque se las llevaron. Ha muerto en Génova 13, sede del Partido Popular, donde el jefe Rajoy la ha dejado sin funciones y donde ella dejó al partido en la UCI hospitalaria tras las elecciones municipales. No se ocupó en cuatro años del partido. Pensaba ganar por inercia. Por guapa. Por el imán pepero. Por lo tontos que son los españoles.

Para celebrar su resurrección se ha unido al obispo mayor del PP, José María Aznar. Vivir para ver. O ver para creer. El ser superior del PP, el que le da estopa a Mariano en los momentos más delicados, la voz discordante y atrevida del partido, a su lado fue la Cospe a celebrar su resurrección. Y como no podía ser de otra forma, porque no tiene más luces, le echa la culpa a Zapatero de todos sus males y algunos del país.

Señora Cospedal, el señor ZP hizo bastantes tropelías, pero déjenlo ya en paz. Han pasado cuatro años. De sus males es usted responsable. Deje de tomarnos el pelo. Ya somos mayorcitos e, incluso, a veces pensamos. Las equivocaciones de ZP ya las ha pagado. Ahora le toca a usted pagar las suyas. Y para no desaparecer se agarra usted a cualquier palo. Mira, se llama Aznar.

El palo ardiendo al que se agarra Cospedal se llama José María Aznar y reclama a su partido, el PP, una «rectificación enérgica, creíble y suficiente». Sí. A ese partido del que Cospe es todavía secretaria general, aunque sin funciones.

Es mejor irse con dignidad a arrastrarse y que te echen. Parece que lo buscas en el PP. Aunque como eres una artista en mantener la silla, aun cambiando de bando, es comprensible que ya estés agarrando otra de la mano del Gran Jefe Aznar. Cualquier cosa para permanecer. En eso sacas nota. No hay más que recordar tus itinerarios por autonomías y ministerios. De paso le sacudes a Mariano. Por no haberte hecho ministra. ¿O no quisiste tú? Difícil de creer.

Explícale a Jose Mari «qué es el PP». Porque no lo sabe. Y tú eres la esencia de ese PP que Jose Mari no conoce. Explícale a Jose Mari si el PP defiende la vida o la muerte. Explícale a Jose Mari cómo los electores a los que tú desprecias dirán por cuarta vez que no votan al PP. Explícale a Jose Mari cómo vas a recuperar el llamado ‘voto cautivo’ que ha roto las cuerdas y huye del PP. Explícale a Jose Mari cómo vas a conseguir que en Cataluña os voten cuatro o cinco ciudadanos. Ya son algunos votos. Ahora no tenéis ninguno. Por lo bien que habéis trabajado en Cataluña. Explícale a Jose Mari cómo se puede perder 2,5 millones de votos, seis comunidades autónomas, todas las mayoría absolutas y un sinfín de ayuntamientos, incluidos los de las grandes ciudades.

Explícale a Jose Mari que tú no te quieres ir de la política. Que eres muy buena. Que apoyaste a Rajoy, pero ahora estás con él. Que quieres volver. Que te limpie el sudario. Que quieres resucitar. Que has resucitado. Explícale a Jose Mari que la sociedad española ha cambiado. Que ya no es la misma. Y no os habéis enterado. Ni tú, ni él. Explícaselo a Jose Mari.