Construyendo la innovación sostenible

Urge promover el desarrollo de infraestructuras sostenibles desde hoy mismo para salvaguardar nuestros municipios

Calles que drenan el agua de la lluvia, vías que desprenden menos calor en verano, depuradoras que nos ayudan a limpiar las aguas residuales, viviendas resilientes y sostenibles o sistemas capaces de minimizar el impacto de la niebla en carretera son algunas de las propuestas innovadoras que hemos impulsado en los últimos años. Son muchas las compañías que como nosotros están dando un vuelco a su modelo de negocio para sostenerlo sobre los pilares que garanticen, por un lado, la supervivencia en el futuro y, por otro, mejorar la salud de nuestro planeta.

Existe una emergencia climática que requiere de un esfuerzo por parte de todos: empresas, administraciones y sociedad. Las empresas podemos contribuir con dos ingredientes básicos: la innovación y la sostenibilidad. Las administraciones pueden contribuir exigiendo garantías de respeto al medio ambiente en todas aquellas acciones que promuevan: ya sean de consumo, movilidad, mantenimiento o construcción. Y la sociedad, a través de un comportamiento responsable y respetuoso con el entorno. Todos tenemos la obligación de contribuir a ello.

Hace unos días celebramos el día internacional del medio ambiente, por ello es importante recordar que la crisis económica actual provocada por el coronavirus no puede esconder la crisis medio ambiental: hay que atajar este problema lo más rápido posible. Y es que, no se nos escapa que ambas crisis pueden solucionarse con inversiones en rehabilitación de viviendas para hacerlas más sostenibles, con el correcto mantenimiento de las infraestructuras (comunicación, movilidad, energéticas o hídricas) o con la construcción de viviendas resilientes. Urge promover el desarrollo de estas infraestructuras desde hoy mismo para salvaguardar nuestros municipios, los hospitales y las escuelas, las carreteras, nuestras playas y nuestros ríos, pero también para generar empleo en un momento en el que las cifras de paro registran récords históricos.

La construcción se ha revelado como un servicio esencial en este periodo de paralización provocado por el COVID-19. Construcción de hospitales de campaña, reconversión de calles y avenidas aprovechando la ausencia de tráfico en las ciudades o mantenimiento de infraestructuras de telecomunicaciones son sólo algunas de las actuaciones que se han realizado durante estos dos meses. Pero no sólo eso, en España el turismo aporta una contribución al PIB nacional muy importante, por ello, el arreglo de los destrozos del temporal Gloria en nuestras playas también ha adquirido un papel muy relevante en este periodo. La construcción es esencial.

Y es que, equivocadamente, en muchas ocasiones se asocia la actividad constructiva con un sector poco sostenible. Nada más lejos de la realidad. Estamos demostrando que es posible y compatible mejorar la calidad de vida de la sociedad al mismo tiempo que se respeta y salvaguarda el medio ambiente. Desde el mundo empresarial cada vez somos más las empresas que trabajamos en la construcción de un modelo sostenible, innovador y resiliente.

Cuando empresas privadas y administraciones públicas se dan la mano y se escuchas las demandas sociales, surgen grandes compromisos e iniciativas que benefician a toda la sociedad. La construcción y mantenimiento de infraestructuras debe ser una de ellas porque parece que al planeta se le está agotando el tiempo y la paciencia.