Conectividad y ciudades
Muy cerca de nosotros se observa la importancia de la ciudad y su metrópoli. El peso del área metropolitana de Barcelona es del 43% (3,2 millones de habitantes) sobre el total de Cataluña (7,5). El fenómeno no es nuevo ni único, al contrario: cada vez más las ciudades se llenan de personas. El último informe de la ONU sobre población apunta a que el 2014 el 54% de la población mundial reside en áreas urbanas y que en 36 años (2050) será el 66%. Los gobiernos de las ciudades serán más importantes que los gobiernos de los países.
Kjell A. Nordström describió la semana pasada en el congreso de AECOC, una foto de la población mundial en 25 años y la comparaba con la situación actual. Simplificando, indicaba que la población mundial de 7.000 millones, 1.000 provienen de América, otros tantos de la zona de influencia europea, 1.000 de África y 4.000 de Asia; y que el 2040 seremos 9.000 millones, de los que 1.000 provienen de América, 1.000 de Europa, 2.000 de África y 5.000 de Asia. El peso de Asia aumentará en la población mundial, y las implicaciones económicas y sociales de este hecho serán importantes. En este contexto, los datos sobre el liderazgo en población de los países sorprenden: sólo 6 países hacen la mitad de la población mundial: Brasil (0,2), China (1,4), Estados Unidos (0,3), India (1,3), Indonesia (0,3), Pakistán (0,2). El peso de la población de las actuales economías emergentes en el futuro cambiará: por ejemplo en China «ha dejado» de tener hijos y la población adicional que tendrá en 2050 será «sólo» de 290 millones, contra la India que aportará 400 más.
El fenómeno más importante poblacional se da en el hecho de que las personas en las ciudades: el 2030 habrá 41 mega ciudades (28 actualmente) con más de 10 millones de habitantes. Sobre este fenómeno hay que reflexionar.
Las implicaciones en el ámbito de la economía y la sociedad del fenómeno urbano tienen mucho que ver con el conocimiento y la conectividad. Las personas se mueven hacia las ciudades donde hay riqueza, pero también porque es más fácil conseguir conexiones y aprender mejor. El conocimiento articulado en los canales educativos establecidos no es suficiente para las necesidades actuales de la población, y cada vez tiene más importancia el «conocimiento silencioso» disponible para los habitantes de las ciudades.
A través de las conexiones de la red social física que se da en las ciudades y también, a través la conectividad de la red digital, el conocimiento silencioso circula y se hace muy accesible para los habitantes urbanos. En las ciudades el coste para el acceso al conocimiento es muy bajo y de este modo se hace más accesible a todos todo. Esta disponibilidad necesita una guía para poder tener las habilidades para descifrar el jeroglífico del saber, a mejor precio posible. Y esta guía no se encuentra en la universidad actual ni en la educación secundaria, que se centran más en las habilidades que en las actitudes, tal como pide el mundo actual. Las habilidades se aprenden, pero el aprendizaje de actitudes se hace en el entorno social en el que se encuentran las personas.
La ciudad facilita y potencia la transmisión de actitudes. Por eso también se debe cuestionar los sistemas educativos actuales, su funcionamiento y su financiación. La ciudad ayuda a preservar el conocimiento silencioso para las generaciones futuras para que su voz colectiva facilita la transmisión al futuro. El esquema demográfico cambia con el envejecimiento de la población y los cambios en la composición del hogar. En las ciudades cada vez más hay viviendas en las que sólo vive una persona (64% en Estocolmo o 45% en Londres), que necesitan el entorno urbano y las ciudades para desarrollar sus actividades laborales, educativas y sociales.
La propuesta de medida del progreso económico a través «capital natural» como sustituto del PIB (Partha Dasgupta), reclama que los programas educativos aumenten el conocimiento de la naturaleza. La tendencia a ser más urbanos refuerza la necesidad de que el conocimiento sobre nuestro progreso, incluya las capacidades y limitaciones del capital humano y del capital natural. Qué gestores públicos se ocuparán de ello? El futuro está en manos de los dirigentes de las ciudades.