Condones pinchados y otras noticias divertidas

En las últimas horas, la catacumba española se ha lanzado encima de Desigual por una campaña de publicidad orientada al Día de la Madre en la que pinchaba unos preservativos y defendía la capacidad de la mujer para ejercer su maternidad.

 
Que haya personas dispuestas a criticar los pinchazos de los preservativos es tan irrelevante como tantas otras noticias a las que asistimos cada día

No hay duda de que Desigual hoy, como Benetton antaño, son marcas que quieren vender provocando y estimulando una imagen que se aparta de los cánones tradicionales. Podemos estar de acuerdo o en desacuerdo, pero la originalidad no se la quita nadie.

Sin entrar en el debate de fondo, es decir, lo que significa y encierra ese anuncio, lo cierto es que Desigual se ha propuesto ser una de esas marcas globales que pinchando condones o con otras acciones igual de provocativas estimula su vocación de mostrarse al mundo con el lema de su ropa: es desigual para cada usuario, viva la independencia de criterio y el librepensamiento.

Que haya de personas dispuestas a criticar los pinchazos de los preservativos es tan irrelevante como tantas otras noticias a las que asistimos cada día. En su mayoría están secuestradas por apriorismos conservadores impropios del siglo XXI. Quienes quieran ver ahí no sé que extraño papel de la mujer/madre son respetables, pero retrógrados.

Pero que esa noticia haya sido una de las más leídas durante este puente del Primero de Mayo dice mucho de nuestra sociedad, aletargada en el ostracismo de la evolución. Por fortuna, otras informaciones han ocupado nuestro tiempo; y esas novedades marcan más tendencia. Por ejemplo, que La Roca Village esté buscando 150 candidatos para contratar en sus turísticas instalaciones de la periferia barcelonesa como un pequeño todavía resucitar del empleo.

Es la mejor novedad contra la crisis. Algunas empresas (pocas aún, es cierto) han comenzado a retomar la senda del crecimiento, y eso supone más empleo. Es una buenísima información que demuestra que comienza a percibirse un mínimo cambio de tendencia. Cuando ésas sean las historias que llenen nuestros medios, este país se habrá normalizado. Mientras, seguimos pinchando condones, globos sonda o expectativas de todo signo. Desigual y La Roca Village son un ejemplo de que conviene seguir adelante y pasar por encima de las barbaridades que la sociedad casposa, antiquísima y sin pulso que vivimos sigue criticando.