Comsa Emte pone fin al ajuste, tras perder 187 millones en dos años
El gigante Comsa Emte, el mayor grupo constructor de Cataluña, ha estado sometido los dos últimos ejercicios a un durísimo proceso de reestructuración, con un coste de casi 40 millones de euros. En dicho periodo, la compañía ha encajado unas pérdidas demoledoras, ha sufrido un deteriorio patrimonial considerable y ha despedido a 2.900 empleados, un tercio de la plantilla. Pero tras la noche viene el día. Poco a poco, los resultados empiezan a mostrar un aspecto menos lúgubre y la dirección de la casa se muestra esperanzada sobre la marcha del ejercicio que ahora corre.
El conglomerado se articuló en 2009 mediante la unión de la veterana constructora Comsa, de la familia Miarnau, y el renqueante grupo Emte, de la polémica familia Sumarroca, hoy en el ojo del huracán por sus trapicheos financieros con los hijos de Jordi Pujol. Los Miarnau controlan el 70% y los Sumarroca, el 30% restante.
En 2013, el giro consolidado de Comsa Emte bajó de 1.710 a 1.574 millones. La actividad en el mercado interior siguió perdiendo peso y pasó de aportar el 73% de los ingresos al 66%. Pese a facturar menos, el resultado de explotación experimentó una notable mejora y pasó de 56 millones de pérdidas a 2,1 millones de ganancias. Las cuentas se rubricaron por segundo ejercicio consecutivo con déficit, si bien reducido de 155 a 32 millones.
Comsa Emte cargó contra reservas diversos deterioros vinculados a sus negocios de energías renovables, como consecuencia de los cambios regulatorios aprobados por el Gobierno, y saneó fondos de comercio, por un importe conjunto de 25 millones. Según el auditor, tales apuntes contables deberían haberse cargado contra los resultados del ejercicio.
El grupo tiene hoy 5.900 empleados y abarca 180 empresas. Gracias a un acuerdo de refinanciación suscrito con la banca hace justo un año, Comsa ha pasado a largo plazo deudas por casi 800 millones de euros.