Cómo vivir dignamente sin arruinarte si te dedicas a la bolsa

Borja Muñoz y Lorenzo Gianninoni defienden la dedicación a la bolsa, con poco capital, y con pocas horas de dedicación, como una forma de "ganar libertad" en tiempos de precariedad

Valientes o insensatos. En unos años en los que el mercado laboral expulsa a muchos trabajadores de sectores tradicionales, donde los contratos temporales son, en muchas ocasiones, la única salida para poder seguir ligado al trabajo, Borja Muñoz y Lorenzo Gianninoni, decidieron que lo suyo pasaba por las inversiones en bolsa, con una dedicación de apenas dos o tres horas al día, con horarios bien elegidos para aprovechar todos los mercados: entre 9 y 10 de la mañana, y entre 15.30 y 17.00 horas de la tarde. 

Tomando precauciones, asumiendo que de esa aventura muchos han salido trasquilados, los dos inversores se dedican al trading: la compra o la venta de un instrumento financiero cotizado en bolsa, utilizando para ello una plataforma o bróker que suministra en tiempo real los datos del activo con el que se quiere operar.

Y no han dudado en explicarlo en el libro Cambia de vida en 90 días (Deusto). El economista Daniel Lacalle, un apasionado de los mercados, y que defiende tesis liberales, asegura en el prólogo que no hay llaves mágicas en ese mundo de la bolsa. «Pero pone a disposición una gran cantidad de conocimientos sobre qué hacer y qué no hacer que nos ayudarán a todos a comprender mejor este trabajo tan atractivo que es la especulación en los mercados, el trader no se nace, se hace».

Especular, sí

Es decir, nadie engaña a nadie. Y lo explican con pasión Muñoz y Gianninoni, en una entrevista con Economía Digital. «Se especula, pero en todas las cosas hay especulación, en función de nuestros intereses, y en el caso de la bolsa, se especula y es necesario, porque los mercados necesitan liquidez, de forma continua», asegura Muñoz.

Pero lo que plantean los dos inversores es una pequeña revolución. Parten de la base de que el salario medio anual en España es de 22.698 euros. Y se preguntan, ¿cuántas horas se deben trabajar para lograrlo?, ¿qué ratio euro/hora se obtiene después de todo ese esfuerzo? «No lo calcules, el resultado es frustrante», señala Gianninoni, italiano, aficando hace diez años en España, especialista en el mundo del mercado de futuros.

Lo que plantean es una disciplina de vida, en el que las horas de ocio serán numerosas. «Se puede partir de un pequeño capital, y siempre que se divida en pequeñas partes, de cinco mil euros, por ejemplo, con una dedicación de dos o tres horas al día, y sabiendo siempre cuando debes parar», insiste Muñoz, inversor y colaborador en el departamento de marketing en Esade.

La gestión del tiempo

Gianninoni incide en una cuestión no menor: «Uno de los problemas del presente y del futuro será qué hacer con el tiempo, porque habrá más personas sin trabajo, o con ocupaciones parciales, y debemos aprender a gestionar ese nuevo tiempo, y a pensar que se puede ganar algo de dinero en alguna ocupación, y destinar el resto a otras cosas». Muñoz remacha que con las inversiones que plantean, «se puede vivir dignamente, con ganancias de algo más de 2.000 euros, sin poner en riesgo tu capital».

El mensaje roza el anarquismo, algo que los autores no desdeñan. «El sistema con el hemos crecido se resquebraja. Lo que tratamos de hacer es una elección, tratar de cambiar tu vida a mejor. Posiblemente te hayas convertido en una víctima del sistema, en un peón que se devalúa año tras año. Ha llegado la hora de zafarse de él y de trazar nuestro propio mapa. Durante al menos cien años se ha seducido, manipulado y lavado el cerebro de la población para que se adapte, ejecute órdenes y trabaje a cambio de un pírrico jornal. Esta era ha llegado a su fin».

En tiempos de fragmentación

El libro plantea toda una serie de consejos sobre cómo invertir, pero, principalmente, sobre la actitud que alguien que haya ahorrado un capital debe tener hacia el mundo de la bolsa. El autocontrol, el saber decir «basta», la disciplina de cómo gestionar todas las horas del día, sabiendo que no se debe estar delante de la pantalla más de dos horas, es lo más importante para Borja Muñoz y Lorenzo Gianninoni.

Los dos sonríen. Se les ve felices. Representan un cambio en la estructura laboral, una revolución que ha roto los esquemas entre el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio, donde todo se ha fragmentado.