Cómo salir de la crisis: regeneren por favor

Predico, allá donde se me permite, que Catalunya necesita una profunda regeneración de sus castas dirigentes. La última vez ha sido esta misma semana en uno de los cursos de verano de la Universitat de Barcelona que dirigía el profesor Gonzalo Bernardos y en el que se nos invitó a conferenciar sobre cómo salir de la crisis económica profunda que vive España.

Al conocer la exposición que hicimos los periodistas participantes en el curso, los alumnos parecían sumergirse en un estado de profunda desazón interior. Las cosas son difíciles y las soluciones parecen inalcanzables en el plano práctico aunque puedan verse más o menos claras desde una perspectiva teórica.

Sin embargo, en ocasiones, las oportunidades las pintan calvas. Les pongo un ejemplo: lo sucedido en la patronal metalúrgica catalana UPM. Es una de las más importantes y nucleares del mundo empresarial catalán. A su último presidente, Antoni Marsal, le cogieron con las manos en la masa: percibía ingresos por su trabajo (630.000 euros en varios años), aunque el ejercicio del cargo es gratuito por expreso mandato de los estatutos. Han sido los propios empleados quienes han denunciado esa irregularidad ante los socios y destapado el escándalo.

Si un presidente de patronal ha de cobrar o no por el ejercicio de sus funciones es un debate, que deben sustanciar sus socios. Si lo hace contraviniendo las normas internas está cometiendo un engaño o un fraude. Ese era el asunto de fondo, la realidad subyacente. Después de muchos estiras y aflojas, los socios han convocado elecciones y han apartado (bajo el eufemismo de dimisión voluntaria) a Marsal del cargo.

Regeneración, ese es el nombre de la cosa. Lo demás, fuegos de artificio. Por eso si la UPM toma medidas claras y contundentes, los empresarios metalúrgicos catalanes estarán dando un ejemplo y lanzando un mensaje diáfano a la sociedad de que ni el oasis catalán, ni el posibilismo, ni el pragmatismo pueden tapar las actitudes corruptas. El clientelismo o la sinvergonzonería no pueden sostenerse por más tiempo en ningún ámbito de la vida pública o privada. Es la primera receta para salir de la crisis, porque así empezaremos a generar confianza.

Celebro que los metalúrgicos hayan sido rápidos y ejemplarizantes. Por supuesto, mucho más que el juez del Caso Palau; más efectivos que el Govern con los escándalos de la Sanidad; más diligentes incluso que muchos políticos que duermen el sueño de los justos ante corruptelas de todo signo que influyen de forma negativa en la conformación de confianza colectiva y, en consecuencia, obstaculizan la recuperación de valores necesarios y precisos para lograr vías de salida de la depresión y crisis en que vivimos.

Tratamiento de choque semanal:

Supositorio matinal > Tras la última reunión del lobby Puente Aéreo con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría se produjo una filtración a la prensa de la reunión. Una de las claves de esos encuentros es la absoluta discreción respecto a lo que en ellos se trata. La vicepresidenta cogió un cabreo de órdago. Ha pedido a los organizadores que rueden cabezas. Tras una investigación interna, se ha descubierto quién fue la garganta profunda. Su castigo será que no participará en la próxima reunión. No decimos el nombre, porque luego se queja de que le perseguimos. Sólo les invitamos a que están atentos a la próxima foto de asistentes. Comparen y saldrán de dudas.

Supositorio nocturno > Recibimos informaciones de fuentes diversas en la que se nos explica que el director general de Indústria de la Generalitat, Joan Sureda, habría presentado su dimisión al conseller Francesc Xavier Mena en diversas ocasiones y por diferentes motivos. Mena habría pedido a Sureda un poco de paciencia y de aguante. Contrastamos con el departamento en cuestión y se nos niega de nuevo. Lo niegan todo y nos consideran periodistas obsesivos. Pues nada, oficialmente, es falso. Ya saben aquello que decía André Maurois: “Sólo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa”.