Ciudadanos no es de fiar

¿Puede alguien en su sano juicio dudar de que Mañueco ha tomado la decisión correcta mandándoles a su casa y dando la palabra a los ciudadanos Castellano-Leoneses?

Hace bien el presidente castellano-leonés Alfonso Fernández Mañueco en no fiarse de las intenciones de Ciudadanos. No son de fiar.

No son de fiar en Castilla y León como no lo fueron en la Comunidad de Madrid cuando pactaron con el PSOE desalojar al Partido Popular del gobierno regional, operación que obligó a Isabel Díaz Ayuso a adelantar las elecciones con el resultado que todos ustedes conocen.

No son de fiar en Castilla y León como no lo fueron en Murcia cuando pactaron con el PSOE desalojar al Partido Popular del gobierno regional y del de su capital, operación que terminó con Cs fuera del gobierno autonómico en justo pago por su traición.

No son de fiar en Castilla y León como no lo fueron en Granada cuando incumplieron su pacto con el PP y permitieron con sus votos que el PSOE accediese al poder tras dos años de gobierno naranja con apoyo popular.

No son de fiar en Castilla y León como no lo son ahora en el Ayuntamiento de Madrid, sobre el que pende una nueva amenaza de moción de censura a cargo de Begoña Villacís.

No son de fiar en Castilla y León como no lo fueron hace tres años cuando antepusieron la ambición personal de Albert Rivera de ser presidente del gobierno a constituir gobiernos estables y útiles a la ciudadanía apoyando cuando les tocaba al PP o al PSOE.

Y es que miren, no nos engañemos, tanto Ciudadanos como sus compis de la llamada nueva política nacidos del 15M, y me refiero a Podemos y a Vox, nunca han sido partidos políticos, eran otra cosa, movimientos cesaristas creados en torno a líderes supuestamente carismáticos con el fin evidente de llegar al poder por el camino más corto posible sin reparar en medios.

Un club de fans que a falta de ideología, territorio y militancia en lugar de hacer primarias para elegir sus candidatos municipales y sus listas autonómicas colocaba anuncios en webs de empleo y realizaba castings para ver cual de ellos daba mejor en cámara.

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. EFE/ Nacho Gallego

No, no hablo de los militantes y cuadros de buena fe de Ciudadanos, los que consiguieron ser primera fuerza en Cataluña, esos son verdaderos héroes, me refiero a todos los que, comenzando por Inés Arrimadas, arrojaron al cubo de la basura todo ese capital político desperdiciando todo el trabajo realizado por el grupo de intelectuales y activistas que en su día montaron el partido con gran riesgo para su carreras profesionales y académicas.

Ciudadanos es hoy ya un proyecto muerto, acabado, sin sentido. Sin trascendencia; un partido sin alma, sin materia gris y sin proyecto de país que no sirve a los intereses generales de la nación, sino a los intereses laborales de sus cada vez más aislada y exigua dirigencia. Unos dirigentes que conscientes de su oscuro futuro darían cualquier cosa por permanecer una semana más en sus bien pagados puestos públicos.

Con todos estos antecedentes, ¿puede alguien en su sano juicio dudar de que Mañueco ha tomado la decisión correcta mandándoles a su casa y dando la palabra a los ciudadanos Castellano-Leoneses?

Yo desde luego no.

Ahora en portada