Mucho ruido para seguir igual
La formación del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez apunta a un cambio superficial que no tendrá ningún impacto verdadero
En pocos días ha cambiado el panorama político nacional. Un cambio que para algunos parece el maná y otros lo han vendido como la revolución más importante de la democracia española.
Lo mismo ha ocurrido en Cataluña. Quim Torra ha dado el brazo a torcer y formó un gobierno con consellers no imputados judicialmente. Esta coyuntura no es tan positiva como nos la han querido vender.
El nuevo gobierno de Sánchez es una operación de marketing que lanza distintos guiños
En primer lugar, el nuevo gobierno de Pedro Sánchez es una operación de marketing. Se ha puesto el feminismo de cara escogiendo a 11 mujeres. También el sector gay.
Por otra parte ha hecho un guiño a la UE con Borrell y la ministra Nadia Calviño. También ha hecho guiños a las comunidades autónomas donde el PSOE tiene un peso específico: Andalucía, Valencia y Cataluña.
El problema: todos tenemos un pasado. Y a una semana de ser elegidos ya ha tenido la primera crisis. Y no acabará aquí la cosa. A partir de aquí poco más. Va a estar presionado por la UE como lo estuvo el gobierno del PP y tiene un fuego abierto: Cataluña. Y no sólo Cataluña.
Ahora empiezan a revolucionarse el País Vasco y Navarra. Es decir, tres fuegos abiertos pidiendo lo mismo.
Porque si da alguna concesión a Cataluña, también pedirán lo mismo los otros dos. Y concesiones habrán, porque votaron a favor de la moción de censura.
Dicho de otra manera, a los independentistas les prometió cambiar la Constitución y reformar los estatutos de autonomía para adecuarlos a las posturas separatistas del País Vasco – Navarra – Cataluña.
Unas premisas que no son mayoría, pero a eso a Sánchez no le importa. Él quería ser, a toda costa presidente y ya lo es.
El momento oportuno
El gobierno de Sánchez tirará la toalla y convocará elecciones en el momento justo de no tener que decidir nada. Todas las promesas que he comentado quedarán en agua de borrajas. Y es lógico.
Desde un primer momento se dijo que se hablaría, pero con la constitución en la mano. Si es así y no acepta ningún chantaje, lo tiene complicado. La Constitución es muy difícil reformarla sin el apoyo del PP y Cs.
Las primeras encuestas aúpan al PSOE, pero habrá que seguir la evolución
El gobierno de Sánchez está pensado para conseguir un buen resultado en las próximas elecciones. Ya sabemos que algunos de sus miembros no se eternizarán, como Calviño. El que menos Màxim Huertas.
Otros en el mes mayo del 2019 tiene elecciones autonómicas. El efecto ha servido, al menos de momento, en las encuestas. PSOE ha subido y han bajado Cs y Podemos. Estas son las primeras encuestas. Se tendrá que seguir la evolución.
Ahora bien, cuando estas sean muy positivas, indiscutiblemente las convocará para derrotar a sus dos principales enemigos.
El factor catalán
Por otra parte está Cataluña. Estos siguen a la suya. Poco a poco avanzarán e intentarán recuperar todo lo que les han sacado. Esta vez con calma.
Torra ya dice que tiene un mandato: el del 1 de octubre. Y además las leyes aprobadas. Aunque no sirven de nada, ya no tienen que hacerse porque ya lo consideran activado.
Por eso se puede ir “piano, piano”. Dentro de la ley. Siempre dentro de ella. Es más, cada día va a tener menos protagonismo Carles Puigdemont.
No quiero decir que desaparezca del todo, pero su protagonismo será limitado. Y en unas próximas elecciones veremos cuál será el papel de Puigdemont y el JxC.
La falta de contundencia de Sánchez provocará más conflictos que beneficios
Sánchez quiere apaciguar a la bestia y se cree que con algunos pequeños cambios todo volverá a la normalidad. Quien se crea esto va muy equivocado. Espero que escuche a Miquel Iceta. Aunque, lo dudo.
Si el PSOE y el PSC tienen algo positivo es que nadan y guardan la ropa. Dicho de otra manera, no se mojan y cuando lo hacen se secan inmediatamente. Esta falta de contundencia, con los días, provocará más conflictos que beneficios.
La partida se acaba de iniciar y, por desgracia, algunos tenemos muy claro el resultado final. Sánchez no quiere volver a oír que sus resultados han sido los peores de la historia. Torra no quiere dar un paso atrás.
El coche de ambos está en el horizonte y tarde o temprano volveremos a la situación anterior y con unas elecciones nacionales y autonómicas.