Memoria histórica
Ada Colau deja de implicarse en el 'procés' durante una semana para protagonizar un ejercicio de revanchismo con la memoria histórica.-Por César Alcalá
Llevamos meses hablando del procés. Que si investimos a Carles Puigdemont, a Jordi Sànchez o a Elsa Artadi. Que si no es posible. Que si huyen. Que si Alemania. Que si Bélgica. Que si los CDR actúan en tal o cual sitio. Que si uno retira lazos amarillos. Que si otro los coloca o que si vamos a elecciones. Todo esto ya cansa.
La sociedad catalana -y la española- tiene ganas de recuperar una normalidad que se perdió cuando Artur Mas decidió echarse al monte. Entre medio salen pequeños temas que nos distraen, pero siguen siendo banales.
Llevamos meses hablando del ‘procés’… y la gente tiene ganas de recuperar la normalidad institucional
Y para entretener a los barceloneses Ada Colau ha abierto el baúl de los recuerdos y, como José Luis Rodríguez Zapatero, ha sacado a pasear la Memoria Histórica. Es un tema recurrente.
Vamos a revisar el pasado para tapar las malas actuaciones y gestiones políticas. Una manera de distraer a la gente. En el fondo los revisionistas de izquierdas quieren, ochenta años después, ganar una guerra que perdieron.
Los hechos son los que son. Nos gustarán más o menos, pero son. Hace unos días fue a Madrid para inaugurar, con la alcaldesa Manuela Carmena, una exposición sobre la Guerra Civil. Una exposición parcial, pues hace apología del “No pasaran”. Reviviendo un hecho que sucedió, venden lo que nunca pasó.
El error en la ley de memoria histórica
Rodríguez Zapatero se equivocó con la ley de la memoria histórica. Aquí en Cataluña con el Memorial Democràtic se ha querido vender una película que nunca existió.
Y es que no se puede hacer memoria cuando sólo se habla de un bando y se olvida el otro porque, como dicen ellos, “ya fueron homenajeados durante la dictadura”. Esto no es Memoria Histórica, sino revanchismo.
Zapatero se equivocó con la ley de memoria histórica porque buscaba revanchismo
Y ambos, junto con la exposición de Madrid, se fundan y sobreviven gracias al revanchismo de unos que quieren cambiar la historia. Seamos sinceros, en una guerra no hay ni vencedores ni vencidos: todos pierden.
Cuando se pactó olvidar el pasado, allá por la Transición, se puso fin a todas estas cosas. Quieren algunos memoria histórica.
Hay que buscar los puntos de unión
Sólo hace falta que recuerden una imagen para la historia. En la primera sesión de la Cortes democráticas se eligió a la persona de mayor edad para el puesto de presidente: Dolores Ibarruri La Pasionaria. Fue aceptada por consenso y dirigió la cámara durante una sesión preliminar.
Muchos, por no decir todos, los que estaban sentados en el Congreso conocían la vida y obra de La Pasionaria. Quizá a alguno se le removieron las tripas. Pero ahí estaba.
‘La Pasionaria’ en el Congreso fue el ejemplo de cómo se había puesto punto y final a una parte de la historia de España
Y es que buscan el morbo. Los puntos de unión no les interesan. Les gusta más explicar que unos fueron muy malos y los otros fueron víctimas de un golpe de estado. Que la República era un vergel.
Les encanta magnificar las excelencias de una República que fue un fracaso y que tenía poco de excelente. Por eso hubo un golpe de estado en julio de 1936. No para derrocar el Gobierno, sino para hacer limpieza de políticos y reconducir la perversión y los abusos que se estaban cometiendo.
Cómo Colau intenta sacara tajada
Es interesante que Ada Colau se vaya a Madrid a inaugurar una exposición y que no haga nada en Barcelona. Si quiere ser fiel a la Memoria Histórica de todos -no a la sectaria que encabeza- tiene mucho trabajo por hacer.
Empezando por el gobierno republicano en Barcelona y terminando por las checas. Hace años se estableció un itinerario anarquista. Y ahí se acabó. La señora Colau puede hacer varios itinerarios por Barcelona. Estoy convencido que atraería turismo.
Todo esto no les convence. Ellos, dentro de su sectarismo, desconocen la historia completa. No les importa que haya familias que aún sufren y recuerdan a sus muertos asesinados por anarquistas, comunistas y miembros de ERC.
Es hora de dejar los sectarismos y recordar lo que ocurrió en Barcelona entre 1936 y 1939
Que en Barcelona se alimentaron cerdos con cadáveres de las checas. Que en la carretera de la Arrabassada se fusiló a muchos barceloneses. Que los cementerios barceloneses vivieron noche tras noche fusilamientos.
Que todo el que no pensara como ellos era asesinado. Que muchas familias quedaron sesgadas y que no había justicia en Barcelona. Todo esto no vende para la señora Colau. Pues sí, vende.
Miles de familias, de ambos bandos, han sufrido en silencio la pérdida de un familiar. Quizá es hora de dejar los sectarismos y recordar, desde el rigor y la historiografía, lo que ocurrió en Barcelona entre 1936 y 1939.